Aunque deseara con toda el alma que volvieras, sé que no regresarías a mí. – Escribió Katherine en una hoja de papel, que poco después arrugo y rompió para luego depositar los pedazos en el contenedor de basura.
-¿Qué diablos sucede conmigo?- se pregunto Katherine a si misma luchando por ocultar la realidad que su corazón le gritaba.
Katherine se levanto del suelo en el que se encontraba sentada metiendo en una bolsa objetos inservibles que una vez tuvieron un significado; Se dirigió hacia la gran ventana que daba hacia el patio delantero de la casona en la que vivía con Luis y observo que el cartero cerraba el buzón para después tocar un silbato con el que hacía que la gente se enterara de que había recibido una carta. Al ver que el cartero se retiraba del patio, Katherine bajo a prisa las escaleras yendo de puntitas para no despertar a Luis, que dormía plácidamente en la cama.
Cuando estuvo afuera, abrió el buzón y se encontró con tres cartas, las cuales separo mirando quien las había enviado pero de pronto se percato de que uno de los sobres no tenia remitente, por lo que soltó las otras dos cartas y se dispuso a abrir la tercera. Cuando la desdoblo se dio cuenta de que como fondo, esta poseía el símbolo del colegio de asesinato. Un escalofrió recorrió su cuerpo antes de comenzar a leerla.
La carta decía lo siguiente: El colegio de “alto aprendizaje” tiene el honor de invitarle a usted y a su pareja, a la inauguración de un nuevo colegio que se llevara a cabo la próxima semana, en el que nos agradaría mucho poder contar con su presencia ya que ambos representan un gran orgullo para la organización y por lo tanto lo serán para esta generación que emprenderá su camino.
Atentamente: El director y altos mandos de este su eterno colegio quienes le envían un cordial saludo al matrimonio Howards Winseland.
Al leer las últimas dos líneas de la carta Katherine soltó una carcajada diciendo:
-Esto tiene que ser una broma de mal gusto; de muy mal gusto.
Cuando Luis sepa esto se va a…un momento Luis no tiene por que saber de esto. Sera mi pequeño secreto.
Katherine tomo las dos cartas que había guardado bajo su brazo y se guardo la que había leído dentro de la bolsa de su pantalón. Sin perder tiempo corrió escaleras arriba, abrió la puerta de su habitación y vio que Luis aun dormía. Caminando de puntitas tomo una maleta grande, abrió su closet y saco toda la ropa que le fue posible acomodar en aquella maleta. Seguido fue al cuarto de huéspedes que se encontraba al lado del que compartía con Luis. Deposito la maleta sobre la cama y volvió al cuarto de Luis para sacar más ropa de su closet. Una vez que su guardarropa quedo vacio Katherine se dispuso a doblar toda la ropa para meterla a la maleta.
De pronto sonó el teléfono de la sala y Katherine corrió a contestar haciendo el menor ruido posible y rogando que Luis no despertara por eso.
-¿Hola? –susurro mirando hacia el segundo piso.
-Katherine habla Fátima ¿todo está en orden?
-Hola hermana, lo que sucede es que Luis está durmiendo y no quiero despertarlo.
-Entiendo. Te llamo porque quiero preguntarte algo.
-¿Acaso es algo que tenga que ver con una carta del colegio?
-¿Entonces tu también la recibiste?
-Sí pero alguien se equivoco y al final de la carta puso saludos al matrimonio Howards Winseland.
Fátima soltó una carcajada por la cual Katherine tuvo que separar el auricular de su oído por unos instantes.
-¿Enserio hicieron eso?
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Cuestión de espíritus: Fragmentos de vidrio.
Fiksi RemajaKatherine y Alejandro vuelven a encontrarse. Cada uno con una pareja. El carácter de ambos no es el mismo y el único deseo que queda en ambos es el de hacerle la vida imposible al otro. Lo unico que queda ahora de un amor tan desesperado es la nosta...