Cuando me veas, no ceses, no como otras veces. Usa, entonces, ese momento para olvidar las tensiones. Que ya no importe quién nos oiga ni piense mal de nosotros, nos tendremos el uno al otro. Tú, yo. ¿Necesitás algo más?
Apagá la luz, mirame a los ojos, que solo te deje verme un haz desde fuera, que solo nos ilumine La Luna. Sonreíme, así como me gusta, causando escalofríos en partes de mí que creía olvidadas. Volveme, como la última vez, humana.
Abrazame, besame, ya no importa más nada.
Que tus dedos recorriendo mi cuerpo me hagan olvidar todo el resto, ese toque mágico que tenés, esa forma asesina de usarlo. Quitate la ropa, me sacaré también la mía, ahora no somos más que dos cuerpos en llamas, danzando como animales salvajes sobre la silueta del otro. Desnudate, elimina tus prejuicios. Hazme saber que conmigo es diferente, que puedo gozar de alguien a quien los demás no tienen. Enseñame, por favor, a provocar escalofríos como vos lo hacés. Cómo vos me lo hacés.
Asfixiame.
¿Cómo? ¿Creés que es solo un juego? Ya están tus manos sobre mi cuello, apenas noto como se me acaba el aire. No me mirás, o no sé si lo hacés, mis ojos están cerrados. Cada centímetro de piel se eriza con tu toque, pero ya no es como lo imaginaba. Sentí tu jadeo, ahí, cerca de mi oído, pegado a mi cuello. Un beso, como si eso fuese a revertir lo que estás haciendo. Tu orgasmo me completa, pero ya no hay tiempo para eso.
¿Acaso fue todo un error? Cuando por fin abro los ojos, cuando tus manos comienzan a herirme, solo ahí entendí todo. Estoy equivocada, y mucho. Ya los besos y caricias se transforman en gritos y golpes, en reclamos y llamadas perdidas. Te has vuelto mi perdición, en más de un sentido, en más de un momento. Pero, al final, literalmente.
Y solo me tomó quince años darme cuenta.

ESTÁS LEYENDO
Breves Escritos
Short StoryBreves historias de un solo capítulo, pequeños escritos y cuentos cortos que llegan sin más a mi mente y quiero humildemente compartir con ustedes. Espero que los disfruten.