3| T r e g u a

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Primeras veces —Morat

Zack:

Akira Noa dice algo que hace reír en una estruendosa carcajada a las otras cinco adolescentes asistentes. Agradezco que estemos separados por las fogatas, porque probablemente Wendy pensaría que soy un acosador, cosa que realmente parezco mientras bebo de mi vaso de jugo.

Joder, nunca imaginé encontrarme a esta chica de gran estatus en un campamento para niños, y me odio porque odio juzgarla cuando no sé ni siquiera un dato sobre ella.

—¿Por qué la miras tanto?—cuestiona Liam sentándose junto a mi en la manta que hemos extendido en el suelo. De verdad no entiendo porqué razón me soporta, cuando podría estar jugando al póker con los demás chicos o incluso ligando con su novia.

—No la estoy mirando.—miento.

—Ni siquiera mencioné a quién, Zackie. Así que conoces a la chica Lawrence.

—Vamos a la misma escuela, nada más, no es como si fuésemos amigos o algo así.— Suelto a la defensiva.

—Oh, vamos viejo, tus ojos delatan las ganas que tienes de acercarte a hablar con ella.—entorno mi mirada a su rostro, se está burlando de mí el muy hijo de perra.

—Puras patrañas.

—¡Qué hablan mis compadres!—ruedo los ojos cuando la irritante voz latina de David se hace presente, el mencionado se sienta a mi lado pasando su brazo por mis hombros.

—Wendy Lawrence.

—Oh, ella es linda, me sonrió. ¿Creen que tenga alguna oportunidad con ella?

—No—suelto brusco, sin entender porque esa palabra salió de mi jodida boca.

—Inténtalo... Espera, ¿por qué no?—me pregunta Liam.

—¿Quién dijo que no?—finjo demencia, no quiero que ellos empiecen a molestarme, porque suelo soportarlos y hay oportunidades en las que me caen bien, pero aborrezco que se metan conmigo.

—Tú—dice David y empieza a reír.—Te gusta la nueva, viejo.

—No me gusta, sería ridículo, ni siquiera es mi tipo.—murmuro lo último más para mi que para ellos.

—¡Los niños pequeños!¡Hora de ir a la cama!—habla Nora, la esposa del director en ese megáfono odioso que aturde mis tímpanos.—¡Asistentes! Tienen solo una hora más para estar aquí.

Ella empieza a decir que las actividades de mañana comenzarán temprano y que mañana dirá quién se encargará de cada actividad.

Al cabo de un rato, cuando veo que todos están dispersándose para irse a la cama, me levanto y no puedo evitar seguir a Wendy con la mirada.

No voy a mentir, ella me agrada, creo que ella junto a sus amigos son las únicas personas razonables dentro de ese lugar llamado secundaria. Me agrada, solo que soy lo suficientemente imbécil y que cuando me la cruzo lo único que sale de mi odiosa boca son comentarios sarcásticos.

Aborrezco que ella me odie desde aquella vez en la primaria cuando me propuso que seamos amigos y yo como cangrejo ermitaño le dije no.

Ahora, teniendo 17 años, pienso que fui un idiota, pero también pienso que tengo tres semanas para que ella cambie de opinión sobre mí.

¿Por qué hago esto? Mi psicólogo me recomendó intentar cosas nuevas, Wendy Lawrence es una persona nueva en mi vida y la única razón para no intentar tener su amistad es una cosa, y se llama cobardía.

Solo mírame [Libro III saga "Miradas"] (Actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora