Capítulo 7.

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De alguna forma la idea de que fuera un alfa no fue totalmente una sorpresa, muy dentro de mí lo había considerado.

Susurré su nombre y fui hasta tenerlo en frente de mí, tomando sus manos con un ligero rubor en mis mejillas.

Entonces, ¿me acosté con un alfa? ¿Me atrae un alfa? — pregunté con nervios, sonriendo como mis latidos aumentaban cada segundo.

Sabía que era muy pronto el hacer este tipo de "confesiones", llevábamos un día pero ese día fue el más maravilloso que tuve en mi vida. La primera vez que nos vimos sentí una especie de conexión, como si se tratara de un clásico amor de películas.

Tiene una apariencia atractiva, es carismático, seductor y a la misma vez dulce...no sé ni cómo puede tener esa dualidad.

Al parecer caíste en uno de ellos — soltó una suave risa, sabía en qué sentido había sonado, usualmente los alfas eran algo arrogantes o poco amigables — pero este alfa está sintiéndose atraído por un beta y no sabe cómo sucedió tan rápido...¿me hiciste algo que debería saber?

Me quedé sin palabras y solo me quede mirando sus ojos. Sus manos rodearon mi cintura con lentitud y nuestros rostros se encontraron, siendo inevitable que nos hundiéramos en un beso demasiado dulce.

A estas alturas ambos sabíamos que lo que teníamos era perfecto, nuestra química era buena y el sexo, bueno era evidente si estábamos en la misma situación de ayer.

Tan perfecto como el sabor de sus labios en los míos.

Susurré su nombre en medio del beso y rodee su cuello con mis manos, dejando que el pasara las suyas por todo mi cuerpo.

Allí acaricie la piel detrás de su nuca y parte de sus cabellos.

Seungwoo...— se separó lentamente dejándome con las ganas de sentir más de él — a partir de hoy quiero que seas mío...mi beta — mis piernas tiemblan sin explicación al escucharlo, se sentía como...un sueño — quiero ser el único alfa que te toque y te...haga esas cosas que te haré ahora.

Tragué saliva al ver como sus ojos se dilataban viéndome de arriba hacia abajo.

Aunque sentía algo de vergüenza y nervios me atreví a decirle que si con un beso que él continuó por un rato hasta hacer que mi respiración se cortara.

Era lo único que necesitaba para hacerte mío otra vez — lo escuché susurrar con una voz grave y tomó mi cintura volviendo a atrapar mis labios. Ambos caminamos entre suspiros y besos hasta su habitación, donde nos deshicimos de nuestras prendas y me sentó al borde de la cama intentando ser más sutil.

Mordí mi labio inferior al ver como él retrocedía dos pasos y se quitaba lo faltante, y con eso me refería a la camiseta y al interior.

Sus abdominales se veían apetitosos y él se percató de la tensión que había en el cuarto.

Pero como siempre sonrió como si fuera algo normal tenerme a sus pies y me hizo desearlo más.

Ahora que estamos solo te probaré como se debe...— se inclinó a mí y abrí mis ojos con nervios, viendo como separaba mis piernas y apretaba sus dedos en mis muslos.

¿Q-que harás? — comenzó con besos alrededor de mis piernas. Mordisqueaba y me hacía soltar jadeos leves. Mi voz comenzó a romperse cuando su lengua cubrió mi glande y su cavidad se llenó con mi intimidad.

Mis caderas se movieron solas al sentir esa deliciosa sensación. Gemía apretando las sábanas y antes de correrme lo nombre en voz alta. Se sentía tan bien... — Yo-Yohan...mgh~ — en un segundo dejé de sentir el calor de sus labios en ese lugar y un gruñido de su parte me hizo saber que no se contendría más.

Se levantó con los cabellos sueltos en la frente y suspiros pesados que delataban su estado.

Abrí más mis piernas y abracé con ellas su cintura, acercándolo hasta mi cuerpo.

Lamí mis labios y lo miré desde abajo pidiendo que me diera más de él.

Una maldición salió de sus labios y comenzó a besarme ansiosamente, recostándome en la cama mientras escuchaba el sonido de su intimidad golpear mis muslos.

Ah~...— su glande presionó contra mi entrada y cerré mis ojos con fuerza. Intenté relajarme para que entrara completamente pero era difícil. Cuando me llenó con su creciente erección me contraje arqueando la espalda y el gruñó gravemente en mis labios.

Se deshizo del beso que teníamos y escondió su cabeza en mis hombros para aferrarse a las sábanas y comenzar a golpear sin detenerse mi interior. Abracé como pude su espalda mientras abría más los labios, llenando la habitación de gemidos, suspiros y gritos.

Unas cuantas estocadas bastaron para que me corriera por cuarta vez y en la quinta el castaño redujo sus movimientos por unos más lentos y certeros, susurrándome melosamente al oído que lo hiciéramos al mismo tiempo.

Empecé a tocar lo que sobraba de su miembro fuera de mí y el estímulo mi cuerpo con caricias.

Unos segundos más y nos corrimos, Yohan me llenó con su semilla, por otro lado yo había manchado a ambos con ese líquido blanquecino en nuestros torsos.

Nos besamos con más suavidad y el propuso una idea que me hizo sonreír de forma inocente, a pesar de lo que habíamos tenido antes no era muy inocente.

Me llevó en sus brazos hasta el baño, sentándome en la inmensa tina luego de haberla llenado con agua caliente y perfecta en cuestión de un parpadeo.

Me acomodé en ella sonriendo al sentir ese calor en todo mi cuerpo. Él salió un rato por una supuesta sorpresa y encendió unas velas de colores alrededor de todo el baño. Luego redujo el brillo de la luz hasta que solo se veían nuestras sombras y se sentía in aroma a vainilla.

Bien pequeño — Vi como entraba a la tina y se sentaba al rincón llamándome con una seña.

Obedecí ante esto y me ayudo a sentarme en su regazo de espaldas, mientras dejaba unos besos fugaces en mi cuello.

¿Se siente bien? — Asentí con una suave sonrisa y recosté mi cabeza hacia atrás para recibir sus mimos y cariños, escuchando su voz acompañado de una suave melodía musical que se puso después de que él entrara junto a mí.

Si tú eres feliz yo lo soy, ¿lo sabes? — me abrazó por la cintura y pegó sus labios a mis hombros, sonriendo a su vez.

Ambos nos relajamos ya que el próximo día seria de descanso y teníamos unas cuantas horas para pasarla juntos.

El aroma a vainilla comenzaba a inundar mi mente y por un segundo perdí la consciencia de si esto era real. Yohan me lo hizo saber con un beso sorpresa en los labios, el cual correspondí con suaves movimientos. Era un día perfecto...con el ser más perfecto.

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Solo para aclarar: semilla=líquido corporal blanco que es secretado por, en este caso, nuestro alfa (sem*n). 

Mi editora Anny así lo redactó y lo dejé así porque se me hace una palabra divertida jsjsjjs

Soulmates & True LovesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora