❝𝙈𝘼𝙉𝙏𝙀𝙉𝙀𝙍 𝙎𝙀𝘾𝙍𝙀𝙏𝙊𝙎 𝘾𝙐𝙀𝙎𝙏𝘼 𝙏𝙊𝘿𝘼 𝙐𝙉𝘼 𝙁𝙊𝙍𝙏𝙐𝙉𝘼❞
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Nanami tendrá que mostrarle a su padre que es perfectamente capaz de mantener el margen de su familia y con ello demostrar...
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||ᴺᵃᶰᵃᵐᶤ ᵉˢ ᴵᶰᵈᵉᵖᵉᶰᵈᶤᵉᶰᵗᵉ||
—Más alto —pedí con cansancio estirándome tanto como podía para llegar a la cima del estante.
—¿Todavía más? —preguntó Daiichi con ciertas gotas de sudor en su frente por el esfuerzo de cargarme.
—Falta poco —le alenté.
—Eso dijiste hace un momento, necesito que llegues.
—¡Ya casi llego! ¡Solo un poco más!
—¡Pero no puedo más!
—¡Solo es un poco! ¡Vamos! —Daiichi bufó ante lo dicho, y, sacando fuerzas de no se donde, logró subirme un poco más hasta yo poder alcanzar la red de Volley en la cima del estante—. ¡Llegué!
La puerta del depósito se abrió al instante, dejando ver a una muy enojada Misaki. Sin embargo, en cuando Daiichi me dejó en el suelo de pie, ella pareció suspirar de alivio.
—Aquí estas, Nanami —comentó cambiando hacia mí, detrás de ella aparecieron cinco chicos totalmente iguales, supuse que eran quintillizos.
—Misaki —le saludé amablemente—. ¿Quienes son ellos?
—¡Es Kamikaze-senpai! ¡la vicepresidenta! —los cinco chicos no tardaron demasiado en hablar entre si—. Es un placer conocerla, nosotros somos la escuela varonil de Ayuzawa, somos fanáticos del trabajo de Ayuzawa-senpai.
¿Es algo así como un club de fans?
—Oh, no sabía que Misaki tenía un club de admiradores, de haber sabido les ayudaría.
—¡N-Nanami! —me regañó la chica azabache brevemente sonrojada—. Será mejor irnos. Nos vemos luego —agregó empujando a los cinco chicos fuera del depósito y saliendo con estos.
—Tengo entendido que la presidenta adoptó a ese grupo de chicos de primer año —comentó Daiichi tomando la red de Volley de mis manos—. Son algo así como sus SIMP, y dicen aprender de ella.
—¿De verdad? ¡Me alegro mucho! Es lindo que aprecien el trabajo de Misaki.
—Si. Es solo que son algo conocidos por ser demasiado intensos, no me sorprendería si la presidenta se agotara de ellos.
—Espero que todo resulte bien.
—Igual yo. ¿Te llevo? —sonriente indicó que subiera a su espalda. Ese día, Daiichi-senpai estaba muy alegre por la entrega de los nuevos balones al equipo de Volley, pues podrían empezarían a entrar a nuevos integrantes y a jugar sin miedo a lastimarse. Le sonreí en forma de respuesta.
