❝𝙈𝘼𝙉𝙏𝙀𝙉𝙀𝙍 𝙎𝙀𝘾𝙍𝙀𝙏𝙊𝙎 𝘾𝙐𝙀𝙎𝙏𝘼 𝙏𝙊𝘿𝘼 𝙐𝙉𝘼 𝙁𝙊𝙍𝙏𝙐𝙉𝘼❞
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Nanami tendrá que mostrarle a su padre que es perfectamente capaz de mantener el margen de su familia y con ello demostrar...
La escena de aquel beso en la azotea se repetía una y otra vez en mi cabeza, aun cuando intentaba hacer más cosas en el café para mantener mi mente ocupada, seguía pensando en ello.
Y lo admito. Suena cliché, pero esperaba que mi primer beso fuese diferente.
Bueno, al menos si que es inolvidable.
—Disculpen —dijimos Subaru y yo en unísono en cuanto nos chicanos por accidente y los vasos en mi bandeja se rompieron al caer. Por lo que, tuvimos que disculparnos con los clientes.
—Lo lamento, Subaru-san —hablé a la chica de cabello largo a mi lado.
—No te preocupes por eso —dijo con tranquilidad.
Quisiera culpar a los anteojos que llevaba por la temática de ese día. Sin embargo, Satsuki se había encargado de que los anteojos no nos dificultaran a la hora de trabajar.
Estoy distraída, esa es la verdura razón.
Debo dejar de pensar en él, y en ese beso.
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—¿Te encuentras bien, Nana-chan? —preguntó Satsuki en cuanto arrojé los vidrios rotos a la basura.
—Si. Lamento el incidente con los vasos —respondí apenada.
—Si tienes algún problema, no dudes en decírmelo —ella era siempre muy atenta con todo el personal, amigable y me hacia sentir cómoda en el trabajo. Aun así, no podía hablarle de mis problemas "amorosos", ¿o si?—. Por hoy ya has terminado, ¿verdad, Nana-chan? ¡Gracias por tu arduo trabajo!
—Me retiro —avisé al darle una reverencia mientras mi superior se retiraba a la cocina.
Un descanso es lo que necesito.
Sobre todo uno eterno.
—¿Te estás divirtiendo? —la voz de Usui a mis espaldas me erizó la piel por completo justo antes de girarme para encontrarlo de frente.