Dos personas importantes para sus respectivas organizaciones, gracias a un descuido, cambiaron de lugar.
Ranpo Edogawa y Chuuya Nakahara no tenían ni la más mínima idea de cómo arreglarlo, pero mientras eso sucede, la agencia y la mafia tendrán que...
Sabía que mientras estuvieran en el cuerpo del contrario y con las situaciones que se presentaban, tarde o temprano pasaría algo indeseado. Lo que no espero fue que pasará tan rápido.
Salió del trance cuando sintió una mordida. Eso no iba por buen camino. Rápidamente se volteó y dió un empujón a Dazai. Este se extraño por tal comportamiento.
—¿Chibi? ¿Que pasa?..
—Uh, yo... Tengo que salir, nos vemos al rato.
No dejó al castaño responder, pues corrió hacía la puerta y dejó al castaño en el gran apartamento, solo. Quien sabía si Chuuya realmente había pedido esa comida a domicilio, pero esperaba que si.
Claro que le había prometido al mafioso no arruinar su relación a cambio de que no arruinar la suya, pero ahora entendía el problema. Sus parejas les conocían demasiado, y tarde o temprano no será más que una molestía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nakahara caminaba al lado de Fukuzawa.
Aún siendo un mafioso, nunca se había sentido tan amenazado por una presencia. Se preguntaba si eso era lo que sentía Ranpo cada día.
—¿Con quién hablabas ahí? — Fukuzawa dejó caer la pregunta.
Sabía que se refería a la charla que tuvo con Ranpo en el baño, que por cierto tuvo que colgar porque escucho algo. Colgó a su manera, lanzando el teléfono contra la pared y agradeciendo que haya resistido eso o su única comunicación se vería cortada.
Por supuesto, olvidó pedir la comida ya que el susto le borró la línea de pensamiento que llevaba en esa llamada.
— No era nadie. Había... había algo en mi cara, me asusté y empecé a hablar para aliviar el susto... — El mafioso ni siquiera quería verlo directamente.
— Es algo raro de ti explicarte. ¿Estás seguro que de estás bien, Ranpo? Hoy la agencia tiene una junta importante sobre un caso, después de todo.
Si, ahí fue cuando Chuuya cayó en cuenta que, para el detective sería fácil cubrirlo porque no tenia nada especial en cuanto a su habilidad, era algo "naturalmente" fácil de controlar. La habilidad del detective, en todo caso, era algo exclusivo al detective. Una habilidad que no se podía copiar o controlar porque no pertenecía al cuerpo, sino a la mente.
Mientras que Ranpo permanecía un usuario de habilidad en su cuerpo, Chuuya se convertía en una persona normal en el cuerpo del detective.
Chuuya maldijo internamente a todo y todos los que pudiera maldecir. Al menos 5 veces a cada cosa y persona.
— Uh, podría ser que el desayuno no me cayó tan bien... — Llevó una mano a su boca, mostrando una expresión de asco.
— Es lo que normalmente desayunamos.
— No deberíamos desayunarlo más. No, creo que voy a vomitar... — Era mentira. No había manera que se sintiera mal de algo que el detective siempre comía, pero Chuuya no conocía otra manera para evitar el llegar a esa agencia.