Cazadora De Corazones ➵Chicos de Naruto y Tú 🌸

● Capitulo 6 ●

Narra ______*

Abrí mis ojos encontrándome con el chico rubio que me había dado placer hace unos instantes. Deidara estaba dormido, rodeándome con su brazo y yo a un lado de él abrazándolo y sintiendo su cuerpo con el mío. Me quité de su agarre, me coloqué la ropa y salí de su cuarto lo más silencioso posible para poder teletransportarme a mi habitación nuevamente.

Pero la verdad necesitaba aire fresco así que mejor fui a la parte trasera de la casa, donde estaba completamente abierto, me senté en una de las tantas bancas de piedra que habían y mire hacia la luna.

<<¿Por qué no pude ser una persona normal? Un humano es lo que a mi me gustaría ser>> De vez en cuando me lo preguntaba, me surgía la duda <<¿Por qué razón soy yo la hija del demonio más poderoso jamás visto? ¿Por qué debo tener vida eterna?>>

Desde el principio de la humanidad he estado en este mundo, conociendo humanos y verlos partir. Los humanos duran pocos años, te encariñas con ellos y se van para no verlos jamás, ¿por qué es tan corto su ciclo de vida? Es por eso mismo que no me gusta hablar con la gente, prefiero estar sola.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta cuando álguien entró al mismo lugar en el que estaba. Si hubiera estado en peligro creo que ya me hubieran herido. Volteé de inmediato al escuchar un ruido y al verlo me quede perpleja.

-Oh, sólo eres tú -dije tomando nuevamente asiento y mirando hacia la luna.

-¿Esperabas que fuera otra persona? -dijo Itachi más serio de lo normal.

-La verdad es que si -dije encogiéndome de hombros.

-¿Cómo Deidara? -su tono de voz fue más frío que el mismo inframundo.

-Si así fuera no debo darte explicaciones.

-¿Por qué? ¿Por qué con él? -preguntó con rabia.

Era obvio que debía enterarse, Itachi estaba al lado de la habitación de Deidara, claramente escuchó absolutamente todo lo qué pasó.

-No te interesa -dije entrecerrando los ojos. 

-¡Por supuesto que si! Tu eres mía y de nadie más, eso creo que está más que claro -dijo Itachi yendo hacia mi. 

-Escúchame bien Itachi -dije parándome y quedando frente a él -Yo jamás fui tuya, jamás. Solo fuiste para pasar el rato, date cuenta de eso -dije con mis ojos inyectados de veneno.

-No, no te creo. Eres mía, me lo decías cada noche que cogíamos como animales en mi habitación -dijo con una sonrisa cínica. 

-Tal vez sea verdad, pero en su momento. Ahora no soy tuya ni de nadie, y puedo hacer absolutamente lo que yo quiera porque lo nuestro ya es historia -dije más que tranquila. 

-No es historia y lo sabes ___, lo nuestro aún se queda donde lo dejamos -dijo mirándome a los ojos furioso. 

-Para nada, se acabó cuando decidiste estar con Konan, dime ¿ella fue mejor en la cama que yo? ¿Ella te dio placer como yo te lo di? ¿Ella te tiene como yo te tenía?

Itachi se quedó un momento en silencio, como si estuviera recordando o memorizando algo, sus ojos se volvieron opacos, sin ningún brillo de calor.

-Si, ella es mucho mejor que tú -dijo sin mirarme a los ojos. 

-¡Excelente! En ese caso vete con ella, si a fin de cuentas es mucho mejor, anda y lárgate de mi vista, tengo mejores cosas que hacer en vez de estar contigo -dije con una sonrisa cínica para poder pasar a su lado.

El pelinegro de inmediato me tomo del brazo para darme vuelta y mirarlo a los ojos. Sus ojos estaban inyectados en sangre, estaba realmente molesto.

-¿Qué demonios te pasa? ¿Qué es lo que quieres? -dije mirándolo con rabia. 

-No es justo que me trates así -dijo.

-¿Que no es justo? ¿Y si fue justo lo que tú me haces? -pregunté riéndome.

No contestó, era obvio, solo está con otra pero está obsesionado conmigo, pues ni crea que me tendrá de esa forma.

Le quite su mano de mi brazo y entre a la casa para después teletransportarme a mi habitación.

No era justo, para nada era justo que Itachi me hiciera esto, pero no se quedará así, él no volverá a tenerme, esta loco si lo cree. Ahora solo me queda esperar a que se haga de día para poder irme y no verlo dentro de tres largos años.

Hasta aquí mi reporte Joaquín.