Sumida en la vida de los novenos; condenada a ser una asesina, tener ansias de ver sangre, provocar dolor, ser la causa ese dolor; ese no era el problema, ocultarlo si, reprimir ese instinto y controlar su alma sangrienta ese era el verdadero proble...
Ellos le habían dicho que vieron esa noche a sus padres, no tenía duda de eso, si me hubiera ocupado antes de ellos, no estaría en esta situación.
La familia Stein, la investigue a fondo, todo de ellos, su pasado y lo que hacían.
Una familia de cazadores en una ciudad de monstruos, ¿Irónico cierto?, Pero ellos me caían bien, así que hackee la red y eliminé todo con respecto a su familia.
Podrían haber dejado todo tal y como estaba pero digamos que ya me obsesioné con sus hijos y no podía quedarme sin suegros y suegra.
Había tenido una extensa y seria charla con Damián sobre alejarme del peligro, pero yo soy peligrosa, mí hermano es peligroso, mis mejores amigos lo son, ¿Cómo podría alejarme de ello?, Estaba metida en un mundo peligroso desde el día en que nací, el 9/9.
—¡Alma Hope Fox!. — oh mierda ese grito no me gustó para nada del mundo.
— Cuenta hasta mil y cálmate, conejito. — dije cerrando la puerta con seguro.
— ¡Un minuto!, Te deje sola un minuto. — exclamó del otro lado mí querido hermano, dejándome recalculando de todo lo que hice se quejaba.
— Matar a la profesora de álgebra, ¿Quizás?. — preguntó con un poco de sarcasmo a lo último.
— Yo no maté a nadie desde Milton. — conteste viéndolo raro.
— Claro que lo hiciste, le juraste matarla, dijiste "algún día te mataré y te mandaré al infierno de álgebra, perra". — me copio con fastidio.
— Si lo dije, lo acepto, pero jamás la maté, no salí de aquí en toda la tarde, puedes preguntarle a mamá. — me defendí con sinceridad.
—¿Lo juras?. — preguntó alzando las cejas desconfiado.
— Claro, si averiguas quien fue, le dices gracias de mí parte, ahora sal. — dije tirándome a la cama.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Necesitaba despejarme de todo un rato, desconectarme del mundo por al menos un día, así que... ¿Que mejor que irme a dar un paseo por el pueblo e ir a la librería de mí mejor amigo?, Exacto nada mejor que eso.
Estaba buscando algún libro que llame mí atención entre todos los que estaban a mí alrededor, sentía la mirada de alguien en mí así que caminé hasta el fondo, dónde la luz no daba mucho y no había nadie, me escondí detrás de un librero y aparecí detrás de la persona.
— ¿Por qué me sigues? — pregunté detrás de él en un susurro en su oído.
— No estaba siguiéndote. — respondió dándose vuelta.
— Supongo que tengo que agradecerte por asesinar a la profesora de álgebra. — dije rodeando su cuello con mis brazos.
— No lo hice por ti o algo parecido, no te confundas. — respondió quitando mí brazo de manera brusca.
— Claro, no me escuchaste hablar de lo mal que me trataba y cómo deseaba que muriera, y la mataste. — dije con sarcasmo.
— Yo... no es lo que pasó. — dijo un tanto nervioso.
El sabía que así había sido, yo también lo sabía, era algo que quizás no quiso hacerlo pero al final si lo hizo.
— Ambos sabemos que si es lo que pasó, no me sigas mas. — dije poniéndome sería.
El no dijo nada, yo agarre mí libro cualquiera y me di vuelta para irme.
