¡No es mi alfa! ↬ NamJin

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—¿Qué se supone que hacemos aquí? —

SeokJin preguntó mientras se abrigaba lo poco que podía con su suéter color marrón, aquel día después del trabajo NamJoon tomó a la fuerza al omega y lo llevo con él, ambos estaban en el centro comercial y Jin no entendía porque lo había llevado ahí.

—Voy a pagar miles de dólares para que te hagan una transformación, eso hacemos aquí— dijo el alfa sonriente y muy convencido de su plan.

—¿Qué? — preguntó sin entender. —A ver, no, NamJoon acepté ayudarte, pero no nada de eso—

Se negó una y otra vez, sí, estaba dispuesto a ayudarlo, iría con él a una cita para conocer al tal omega de nombre Hoseok, le explicaría lo de su divorcio y listo, sólo eso. Pero no veía el porqué hacerse un cambio de look.

No sé sentía feo y tampoco sentía que no pudiera causar una gran impresión, no quería desperdiciar dinero en algo tan tonto.

—No te preocupes, yo pagaré todo— afirmó, imaginando que tal vez Jin no era esa clase de personas codiciosas.

—Exactamente, ¿qué le dijiste sobre tu ex esposo a Hoseok? — preguntó haciéndose una idea, antes de que NamJoon contestara a su pregunta se adelantó a decir. —Por favor, dime que no le dijiste que me llamó JungKook—

NamJoon frunció las cejas al escuchar aquello y lanzó una risa. —Por supuesto que no, fuiste la primer persona que se me vino a la mente así que le dije tu nombre—

Jin suspiró, soportaría ayudarlo, pero no soportaría fingir ser Jeon, no había conocido del todo bien a ese chico, es decir, se conocieron en la universidad, se veían y hablaban muy poco. SeokJin conoció a TaeHyung a través de un trabajo escolar, pero aquel chico y él nunca congeniaron como tal, también lo mismo con el moreno, se veían, se saludaban y todo lo normal, pero nunca le presto atención como tal ya que el Alfa estaba demasiado ocupado amando al pobre chico JungKook.

Y nunca admitió que siempre despreció ver a la parejita en su nido de amor, pues a él le parecía exagerado ver la manera tan empalagosa en la que ambos chicos se daban amor.

—También le dije que eras un caza fortunas, que me obligabas a darte mucho dinero y eras arrogante— el omega lo miró boquiabierto e indignado. —Ah, y que me engañaste con mi hermano—

—¡Kim NamJoon!— gruñó alterado, ¿cómo era posible que lo haya puesto en una mala posición? —¿Por qué dijiste todo eso? —

—Tenía que hacerlo creíble, por qué, ¿quien se divorciaría de un omega que lo ama, lo trata bien y le da mucho amor? Efectivamente tenía que hacerte ver como Cruella de vil— dijo sonriente y como esperó, un golpe se impactó en su hombro derecho. —Auch—

—Muy bien, pero sacaré provecho de esto, es tu precio a pagar por hacerme ver como un tonto— dijo mientras apresuraba su paso a cualquiera de las tiendas.

NamJoon sonrió fugazmente, al inició creyó que tal vez convencer a Jin sería difícil y que tal vez le costaría una patada en los bajos, aunque no sabía exactamente la razón por la que el castaño había aceptado sin tanto esfuerzo, le estaba eternamente agradecido.

Juraba sentirse atraído por Hoseok, era un omega muy lindo, de mejillas lindas, no tan grandes como las de SeokJin, pero sus mejillas se notaban mucho más cuando sonreía, aquella noche en el bar las pocas horas que estuvieron hablando lo hizo sentir cómodo.

La tarde fue agradable, con un Jin comprando varias cosas, desde que zapatos, pantalones, chaquetas y medias, las cuales NamJoon no admitiría que se le veían muy bien.

—¿Qué se supone que es eso? — preguntó viendo como el pequeño omega de cabellos castaños salía mostrando un Kimono de color verde pistache. —Es alguna clase de trapeador. ¿o qué? Mi abuela cabe en esa cosa—

—Es un kimono, mucha gente lo utiliza, deberías expandir tus horizontes— regañó el omega.

—Ay si tú, expandir mis bolas, esa es exactamente la razón por la que nos estamos divorciando— contestó el moreno.

La empleada abrió la boca impresionada por la respuesta de aquel alfa, jamás le había tocado ver a un hombre que fuera tan grosero con su omega, principalmente alguien que venía junto con su omega y le compraba demasiadas cosas caras.

—Sabe, tengo un bolso que combina con ese Kimono, debería llevárselo— dijo la omega.

NamJoon rodó los ojos al escuchar aquello y también al ver como SeokJin aceptaba con gusto, vio la pequeña sonrisa del castaño, la cual se miraba triunfante.

—Genial, los omegas se unen para acabar con mi dinero, muy bien pensado— Jin lanzó una carcajada al escuchar aquello mientras cubría con sus manitos sus dientes.

—Tú te metiste en esto, NamJoon— dijo riendo mientras se sentaba su lado y su sonrisa no cesaba.

Eran de esos momentos en los que ambos se la pasaban bien, entre bromas y malos tratos. El moreno descubrió que las mejillas de SeokJin tomaban un color rojizo cuando sonreía de más y le agradó verlo así de feliz.