72 HORAS PARA MORIR

*** CAPÍTULO 8. UN DIOS QUE LO VE TODO

PLAYLIST

1. Marron 5 "Animals" CAP.8

2. Dua Lipa "Break my heart" CAP.8

3. The Weeknd "Blinding Lights" CAP.8

Desde un sótano en Brooklyn, NYC. Está entrando el otoño y comienza hacer frío, con café en mano y mi laptop prendida. Aprovecho un ratito de escribir antes de irme de esta maravillosa ciudad. Tome unas vacaciones bien merecidas, en esos días finales de verano y principios de otoño; donde empieza hacer efecto en las hojas de los árboles, el cambio de color y que estás posteriormente se caerán por la acción misma de tiempo que transcurre sin cesar y menos sin perdonar el ciclo de la vida. Nacer, vivir y morir.

De aquí en adelante tomo riendas de esta historia que cada uno de los personajes involucrados iban contando de a poco. Obviamente narrados por mí desde su visión; metiéndome en la piel de ellos e ir sintiendo como se iban entrelazando historias que por caprichos del escritor conectaba uno a uno. Como hace el mismo Dios que en teoría sabe y conoce todo de lo que vivimos y nos hace una que otras jugadas, usando al destino; como su amigo, enemigo y en algunas ocasiones protector.

Basta ya de esta introducción, enciendo mi computadora, coloco mis AirPods pongo música para relajarme. Algo que vaya con el tono de lo que escribo. Como Animals de Marron 5 y me pongo mejor a narrar que sigue en esta fatídica historia de los Culpables Habituales.

JUEVES 01/19/2020. 5:46 A.M.

Cae al suelo Omar, herido con una bala en el pecho, dada por esta persona que aún desconocemos en la historia. Sus motivaciones aun desconocemos, pero que en su mente está creyendo que hace justicia por su propia mano. Como si fuese un acto profundo de amor, el cielo de a poco va tiñéndose de naranja, el sol esta a saliendo de a poco y el amanecer esta ahí a la vuelta de la esquina.

Las sirenas de la policía de fondo, los policías estan desconcertados. No tienen idea de donde provino el disparo.

—Bajen las armas y suban las manos —grita por el megáfono el policía jefe —: Llamen a la ambulancia hay alguien herido y no sabemos aún quien lo mató. —Dice este a uno de sus subordinados que lo acompaña.

Entre el desespero de Joseph y Nikki ambos no tienen idea de que hacer. Omar en el suelo desangrándose, Edward ya consiente aún encerrado en la camioneta atado de manos y pies. El cuerpo sin vida de Tiffany flota en el río, la escena perfecta de muerte rondándolos a todos y el desconcierto de pensar que aún hay alguien que no conocemos que disparó en acto de venganza.

—Maldito violador ¿Qué le hiciste? ¿Por qué lo mataste? —Exclama Nikki. Aun sin saber que la bala justiciera venía de otro lado. —: Ten la soga, ayúdame a salvarlo —le dice Nikki al coach.

—Yo no he disparado. Igual a mí no me importa ese maldito negro. Si por mí fuera, dejo que se muera en este preciso instante —replicó el coach.

—Baja el arma y podrán tener un trato digno —le dice el policía a Joseph

—Pero si te preocupaste por Edward, que resulto ser hijo de un bastardo como tú. Baja el arma al menos —Nikki comenta, ante la negativa de Joseph.

—Es mi hijo, no permitiré que muera de manos de unos enfermos psicópatas como tú ¡puta rusa!

—Último llamado ¡baja el arma y más nadie saldrá herido! —le dice nuevamente el oficial al coach. —:Saca también tu arma; tienes mejor puntería que yo. Aquí hay un muerto y otro posible si no actuamos rápido— El jefe de policía comenta a su compañero.