La flecha del amor (Athena x Afrodita)

Pinchazo de amor

— Artemisa que estamos haciendo?!

— Cállate Eros y sólo hazme caso.

— Ok, pero dime por qué quieres hacer esto?

— Te pongo en contexto, Atenea ha estado sola miles de años y en todo el tiempo que la he conocido no he visto que muestre interés en alguien así que quiero darle una mano y ayudarla a conseguir una posible pareja.

— Y cómo haremos eso?

— Fácil, con una de tus flechas de enamoramiento.

— Que?! Artemisa has perdido la cabeza?!

— Sólo hazlo Eros por favor, es el único favor que te pido!

— No Artemisa y es mi última palabra.

El pequeño Dios con alas cerro los ojos e hizo un ceño fruncido hacia Artemisa haciéndole saber que no iba a cambiar de opinión.

— Como tú digas, mira un pingüino volador!

— Que?

El pequeño Dios miro hacia la dirección que señalo la Diosa y esta aprovecho su distracción y agarro sus flechas para apuntar en la dirección de Atenea y clavar la flecha justo en su corazón.

— Artemisa que hiciste?!

— Sólo lo que debí hacer hace mucho tiempo ahora a esperar que pasa.

— Que pasará si se enamora de alguien que no debe? La flecha hará que se enamoré a primera vista. Que tal si se enamora de Zeus o aún peor de Ares?! Oh no, nos va a matar!

— Ya cálmate Eros, no ha pasado nada todavía y ya andas exagerando.

— No exagero, soy realista y pienso que lo que acabas de hacer ha sido un gran error!

Artemisa ignoro al pequeño Dios al escuchar pisadas que se acercaban más y más.

— Artemisa me estás escuchando?!

La Diosa le tapo la boca al Dios con su mano.

— Shh, guarda silencio Eros.

El pequeño Dios empieza a escuchar las pisadas también y se asoma entre los aburtos que es donde yacían escondidos a ver quién era el invasor.

Al ver que aparecía una Diosa de rizos rubios y de belleza inigualable los Dioses se alarmaron, esto era peor que Ares y Zeus, era la mismísima Afrodita.

Atenea no paso desapercibida a Afrodita y se acerco a ella despacio para mirarla un rato fijamente a los ojos para posteriormente abrazarla con tal fuerza que hizo que la Diosa rubia se levantará del suelo.

La Diosa rubia estaba confundida por el extraño comportamiento de la Diosa con armadura pero correspondió al abrazo igualmente.

— Artemisa estamos jodidos...

— Eso es cierto Eros, estamos muy jodidos...