Capitulo 2. Sparkling.

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Un sentimiento embriagador se apodero de la poca cordura que aquel momento dispuso. Aquella multitud guardo silencio. La mirada de todos se poso sobre mi cuerpo debilitado, frágil. Y la suya… su mirada se mantuvo sobre mí sin apartarse ni un solo segundo, lo que provoco que mi mundo entero se volviera caos.

No tuve la  fuerza suficiente para ponerme en  pie, temía que al hacerlo terminase desmayándome una vez más. Pero mientras mi subconsciente discutía sobre qué era lo que debía hacer, sentí a alguien tomarme por la espalda;  fue entonces cuando logre ver un brazo robusto y  fuerte sujetándome de forma brusca por la cintura.

— ¡Suéltala! —Escuche el sonido gutural desprendiéndose de la garganta de Beth, quien había comenzado a golpear descontroladamente al hombre que me mantenía sujeta.

Intente zafarme pero sin duda, la fuerza de aquel hombre era demasiada y la mía se había agotado. Me condujo tras el escenario hasta un cuarto bastante iluminado.  Me lanzo con violencia hasta un sillón de cuero negro que estaba  en uno de los costados. Paredes amarillentas que quizá alguna vez habían sido blancas, tapizadas con símbolos extraños, palabras vulgares, trozos de canciones… al fondo un espejo enorme enmarcado por una cadena de focos blancos, bajo la cual había un amplio tocador antiguo sobre el cual, había al menos el doble de maquillaje de Beth…

—Te quedaras aquí hasta que decidan que hacer contigo… ¡¿En que estabas pensando?! —Espeto—. Ni siquiera intentes salir —rio sorno— no lo conseguirás…

No dude ni un solo momento de las palabras que dijo, después de todo el menor problema que había tenido era el de elevarme por los aires y llevarme hasta ese lugar. ¡Vaya suerte la mía…! Pasaron quizá unos cinco minutos antes de escuchar movimiento tras la puerta, la cual abrió segundos más tarde. Era Beth.

—Cariño ¿está todo bien? —Sus perfectos brazos me aprisionaron contra su pecho.

—Creo que si… —Pronuncie con dificultad—. ¿Cómo es que lograste entrar?

—Eso no importa —Susurro con dulzura acariciando mi mejilla— ¿Qué sucedió allá afuera? —Lucia preocupada. Odiaba desde lo más profundo de mí provocar eso en ella.

—Yo… no lo sé —Eleve un poco el rostro y me encontré con sus ojos.

Sus brazos me envolvieron una vez más.

—No te lastimaron  ¿verdad?

—No —Tras mis labios se escondió un intento fallido de sonrisa.

—Debimos quedarnos en casa. Debiste decirme que no te estabas sintiendo bien.

—No pensé que sería así de grave —Las comisuras de mis labios se elevaron en señal de disculpa.

Súbitamente, Beth sonrió.

—Al menos conseguiste un beso de Kai…  —Un terrible escalofrió recorrió mi espalda.

—Beth, probablemente me lleven a la cárcel… o en el peor de los casos me demanden por acoso… Les importara poco si me desmaye o no.

Ella rio. De algún modo aquella situación le divertía, no iba a culparla por eso. Me cubrí el rostro con las manos tratando de encontrar un punto de serenidad en medio de todo aquel caos y me acurruque a su lado—. Estoy en problemas ¿verdad? —Ella sonrió una vez más.

—Estamos en problemas.

—Beth, perdóname.

— ¿Qué? ¿Por qué habría de perdonarte?

—Arruine tu noche, Beth.

—No te preocupes por eso, linda. Hay otras cosas que deben preocuparnos más que eso —Dijo con suavidad mientras daba golpecitos sobre mi hombro—. Ahora solo es cuestión de esperar…

- Nana- (the GazettE/Kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora