Los potentes rayos de sol se colaban a través de la ventana, un dolor punzante hacía eco en mi cabeza. Tome mis sabanas y me cubrí con ellas con la esperanza de poder dormir un poco mas [...]
Era sábado. Beth seguramente se iría pronto al trabajo, su turno de doce a seis de la tarde, en un lujoso restaurante de comida tradicional, sin lugar a dudas era favorable, pues además de ser la gerente, el lugar estaba a unos escasos cuarenta y cinco minutos del apartamento, teniendo en cuenta que vivíamos en las zonas menos céntricas de Tokyo.
Eran las diez de la mañana, pero conocía bien que la rutina de Beth daba inicio al menos dos horas antes de marcharse al trabajo. Me fastidiaba un poco, pero ya me había acostumbrado. Todos estos pensamientos, divagaron en mi mente haciéndome perder el rumbo de las cosas y haciendo lejano mi objetivo de dormir hasta el medio día. Entonces fue, cuando el timbre de la puerta me puso en alerta...
-Joder... -dije aun somnolienta- abre la puerta Beth, destrozaran mi cabeza si siguen tocando de esa forma.
-Dame un segundo, cariño. -Su voz se alejo de forma paulatina.
Un débil murmullo proveniente de la sala, agudizo mi aparato auditivo.
-Compréndeme... -escuche apenas-. Déjeme decirle siquiera que estás aquí. -Fruncí el ceño. Su voz sonaba nerviosa y una repentina preocupación surgió en mis entrañas. Aun debajo de mis sabanas, logre percibir pasos fuertes, ligeros, apresurados hasta el pie de mi cama... Un pesado cuerpo se acomodo a mi lado.
-Beth, que demonios haces, trato de dormir un poco mas... -Una mano amplia recorrió mi cintura hasta el punto de alcanzar el borde de mis bragas. Aparte las sabanas de golpe y momentáneamente un escalofrió viajo a través de mi espalda.
-Buen día... ¿dormiste bien? -Palabras tiernas repletas de sensualidad provocaron que mi pecho se tensase con la rapidez que respiraba.
Me puse en pie.
- ¿Qué hace usted aquí? -Cuestione.
-No pude soportarlo ni un segundo más. Tenía que verte... -También se puso en pie y se acerco con extrema sutileza hasta mí.
-Señor Tanabe ¿Cómo es que supo... donde encontrarme? -Aparte mi vista de sus ojos y camine de espaldas a medida que el avanzaba, hasta el punto de aprisionar mi cuerpo contra la ventana. Logre ver a Beth bajo el marco de la puerta, tanto o más sorprendido que yo...
-No uses esas formalidades conmigo. Además, no importa como llegue. Lo que importa es que estoy aquí...
-Ayer me disculpe por lo que sucedió, no quise causarle problemas. No volverá a verme... -Pare al sentir su brazo derecho en mi cintura desnuda y ver como con rapidez sostenía el otro sobre mi cabeza, bloqueando las únicas posibilidades de liberarme. Mi respiración se volvió irregular.
-Es lo que menos deseo en este momento. Lo dije ayer y lo repetiré las veces que sea necesario... -Sus labios húmedos acariciaron la piel de mi cuello-. Tú me gustas -Mi cuerpo se estremeció. Mi garganta estaba totalmente seca, volviendo imposible el poder pronunciar palabra. Jamás vi a Kai bajo un concepto de chico malo, de hecho era totalmente distinto a como había imaginado, pero me gustaba [...] Sonrió de repente y se alejo un par de centímetros. Llene mis pulmones de aire-. ¿Dónde está la cocina? -Beth quien no salía de su asombro se limito a elevar su mano y hacer una seña en dirección a la puerta.
Kai se movió de prisa alcanzando uno de los delantales de Beth.
- ¿Qué haces? -Pregunte desconcertada.

ESTÁS LEYENDO
- Nana- (the GazettE/Kai)
Fanfiction¿En qué momento la realidad supera a la ficción o la ficción a la realidad? ¿Hasta qué punto nuestra mente, imaginación y cuerpo puede atravesar el delgado hilo que existe entre ambos mundos? Nana, una chica de 20 años ve su vida transformarse ante...