4 años después.
Mire a través de la ventana de mi habitación, las intensas luces de los grandes edificios parpadeaban a lo lejos. A pesar de vivir en uno de los barrios más alejados, era imposible no escuchar el bullicio del gran Bunkyô. Una sensación extraña me hizo estremecer. Recordé con profundo dolor mis años de niña, una vida miserable, sin protección… sin el amor de una familia. Aquello no podía ser llamado “niñez”. Vi el reloj de pared y cerré los ojos […]Deje pronto mi reflexión, era hora de marcharnos, esa sin duda tendría que ser una gran noche.
– ¡Nanami, apresúrate, es hora! –Escuche la agitada voz de Beth a mis espaldas-. No querrás llegar tarde ¿verdad? –sonreí al escucharla.
– Dame un minuto –Le dije, me pare frente al espejo por última vez, alise mi falda con las manos, me subí las medias, me puse un poco de labial y me ajuste el pequeño cubre bocas negro que tenia inscrito "BLACK MORAL"-. ¿Tienes los boletos? –Pregunte.
– Por supuesto, cariño. ¿En verdad crees que olvidaría lo más importante...? –Su vos sonó un tanto ‘dudosa’.
– ¿Estás segura? –pregunte enarcando una ceja.
Beth busco dentro de la gran bolsa de cuero que llevaba al hombro y a medida pasaban los segundos su rostro cambiaba de expresión, la mire nuevamente y sonreí maliciosamente.
– Me pareció haberlos visto por allí –Señale en dirección de la cocina.
Beth sonrió en señal de disculpa. Camino hasta el lugar mencionado y regreso casi de inmediato.– Bien aquí están –Pronuncio y caminamos hasta la puerta.
Salimos del apartamento y nos dirigimos al estacionamiento, escuche la alarma del auto de Beth que estaba casi al fondo.– Ponte el cinturón... –Murmure.
– Sabes lo mucho que lo odio… es incomodo –sonreí al escuchar el sonido característico de aquel dispositivo, ensamblándose –pero por esta vez hare lo que dices –ella sonrió.
Habíamos esperado mucho tiempo, para que el ansiado día llegara. Mire a Beth y recordé todas las cosas que había vivido junto a ella los últimos 8 años. Mi vida había mejorado muchísimo gracias a ella.Si eso de los ángeles guardianes existía, sin lugar a dudas Beth era uno.
Después de conducir por más de treinta minutos llegamos al lugar. Una interminable fila de coches se interponía entre nosotros y la sala de conciertos, sin duda una de las más grandes de Tokyo.– ¡Oye, muévete! –Espeto Beth desde la ventana del coche.
– Cálmate...
– Como voy a calmarme… llegaremos tarde por culpa de estos idiotas –Intervino.
– Pues probablemente esos ‘idiotas’ estén igual de molestos que tu –La expresión en su rostro se volvió más suave.
Pasaron unos quince minutos, antes de que lográramos salir del tráfico, por suerte Beth encontró un lugar donde estacionar el auto. Nos dirigimos a la inmensa fila y esperamos hasta que llego nuestro turno para entrar.
– Sus boletos señoritas –Dijo un hombre de unos treinta y cinco años, que se encontraba en la entrada.
– Aquí tiene –Pronuncio Beth.
– Adelante.
Caminamos hacia nuestro lugar que era en la segunda fila después del escenario. Las luces aun permanecían encendidas pero el concierto comenzaría en cualquier momento. Beth sonrió satisfecha:– La ventaja de tener boletos V.I.P... –Se encargo ella misma de remarcar letra por letra.
Un par de minutos después el sitio obscureció por completo.– ¡Justo a tiempo! –grito Beth de manera eufórica.
Uno a uno los chicos salieron del backstage, los aplausos y gritos se volvieron ensordecedores, el primero en aparecer fue Kai, seguido de Aoi, Uruha, Reita y finalmente Ruki: el concierto comenzó. La perfección de Uruha, el dinamismo de Aoi, la increíble forma de tocar de Reita, la exquisita voz de Ruki y la gloriosa forma de tocar de Kai… este último era quien había ocasionado mi pequeña obsesión con la batería. Era grandioso […]Mi garganta estaba seca, tome una botella con agua y di un sorbo, estaba un poco mareada. La primera parte del concierto había terminado y todos esperaban ansiosos la entrada de los chicos, la cual no se hizo esperar por mucho tiempo.
Una fuerte luz desde lo más alto del escenario ilumino el medio, me puse en pie nuevamente, tambaleándome por momentos.– ¿Estás bien cariño? –pregunto Beth ciertamente angustiada. Simplemente asentí. Me quite el cubre bocas, para poder respirar mejor. No quería arruinar la noche de Beth y si le hubiese dicho que me sentí un poco mal desde la tarde habría insistido en quedarse en casa, y ni ella y ni yo hubiésemos estado felices con esa decisión…
Un mar de gritos y ovaciones se disparan tras la aparición de Ruki desde la parte baja del escenario, caminando justo frente a nosotros mientras sostenía la mirada penetrante en el final del camino y adornando su rostro con una sonrisa maliciosa capaz de despertar mil emociones en los fans. El siguiente en aparecer fue Uruha, no era lo más normal pero pude escuchar más de una insinuación muy poco decente por parte de las chicas; algunos chicos incluso. Aoi enérgico como en cada una de sus presentaciones tomo la mano de algunos de los fans de las primeras líneas, note que en verdad disfrutaba hacerlo. La felicidad en su rostro era evidente. El siguiente fue Reíta, quien sonreía con un cierto aire de victoria, gloria, éxtasis en su expresión.
La adrenalina recorría mis venas de manera violenta, al escuchar el clamor de las masas. Pero… eso no era todo.
Mi corazón se contrajo al ver a Kai caminando hacia nosotros. Me sentí patética pero mis mejillas se habían tornado de un rojo carmesí, Aquel hombre era perfecto. Y como si el destino se empeñara en arruinar la noche que debía ser perfecta, mi cabeza comenzó a dar vueltas, el aire comenzó a faltar en mis pulmones y una terrible sensación de muerte me inundo por completo, un grupo de chicas se agruparon tras de mí al ver al líder, separándome de Beth y empujándome hacia al frente, haciendo suceder lo impensable. Una de ellas me golpeo por la espalda y me hizo perder el equilibrio haciéndome caer, mi mente se nublo y mis ojos se cerraron por un par de segundos. Cuando entre en razón mis ojos se abrieron de golpe, había caído sobre Kai, su nariz sangraba…y mis labios estaban sobre los suyos […]
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- Nana- (the GazettE/Kai)
Fanfiction¿En qué momento la realidad supera a la ficción o la ficción a la realidad? ¿Hasta qué punto nuestra mente, imaginación y cuerpo puede atravesar el delgado hilo que existe entre ambos mundos? Nana, una chica de 20 años ve su vida transformarse ante...