La calida brisa del aire mañanero que corria a través de la ventana abierta en la habitacion de Chris, fue lo mismo que despertó a este de una manera suave y calida...algo que no habia sentido hace mucho y que ahora le hacia sentir mas ligero aun si tenia algunos escalofrios. La noche anterior despues de haber llorado cayó totalmente dormido al instante, siendo que muy pocas veces pasaba eso. Estaba de buen humor, dispuesto a olvidar todo lo ocurrido y entonces algunos golpes en su puerta captaron su atencion, levantandose y yendo a abrir de inmediato encontrandose con una persona que probablemente le alegre su dia. —¡Chris! Por dios, ¿Que te has echo en la cara?— exclamo la chica haciendo una expresion de sorpresa —No es nada relevante Sana, simplemente tuve un mal sueño— Chris mintio un poco, pues no queria que su mas preciada compañera pensara que estaba loco y se alejara de el —Supongo que ya es muy normal en ti, pero vamos adentro que te he traido algunas cosas que podrian gustarte— Chris no dijo nada mas y le abrio paso a Sana para que pudiera entrar y al hacerlo fue directamente a la cocina —Te traje carne de pato, la pude conseguir a buen precio negociando con algunos aldeanos— La chica parecia muy feliz con esto, pues solo las personas de clase alta podian conseguir ese tipo de carne. Sana era perteneciente a la realeza, aun asi siempre trataba de ser amable aunque algunas veces engaña a las personas si necesita conseguir algo —Tambien traje leche de cabra y algunas almendras que iran de maravilla con el pato— Sana hablaba muy entusiasmada mientras Chris trataba de escucharla lo mas atento posible, fallando en el intento al perder el equilibrio y alcanzar a sostenerse en el marco de la entrada de la cocina —Chris, te ves realmente mal en este momento. Sera mejor que descanses un poco— Sana se acerco preocupada hacia Christopher, tratando de ayudarlo a sostenerse mejor y llevandolo a lo q era su pequeña habitacion —Siento mucho haber arruinado tu visita Sana— Dijo Chris sentandose en su cama seguido de Sana que se sento a su lado dandole pequeñas palmadas en su espalda como forma de consuelo y compresión —Tan modesto como siempre Chris. Pero tambien debes de preocuparte por ti mismo, no tienes que disculparte conmigo por algo que no puedes controlar— De alguna manera Chris siempre encontraba consuelo en la chica de baja estatura que lo habia acompañado desde su niñez. Sana era una doncella y Chris un pueblerino común con una familia común que vivia en una aldea regida por el mando del tio de Sana ya que la pequeña habia perdido a su padre en batalla y ahora su tío habia sustituido su lugar; desde que conocio a Sana, la vida de Chris fue mejorando desde su punto de vista, pues gracias a ella el rey habia reconocido su nato talento para el arte a sus 15 años. Desde ese entonces trabajaba para el rey y fue recompensado con una tierra para el y alimentos y prendas de calidad para su familia. Christopher le agradeceria eternamente a Sana por todo lo que ha echo por el y se sentia culpable de no poder confiar lo suficiente en ella para poder contarle lo que realmente estaba pasando con el y con su tormento de todas las noches. —Muchas gracias por darme el consuelo a traves de tus palabras Sana, realmente estaria perdido sin ti— El joven le dedico una leve sonrisa —Eres tan educado que das miedo, pero acepto tu reconocimiento Chris— Sana sonrio en grande y despues se levantó —Anda, recuestate mientras yo te preparo un banquete delicioso— Sana guiño un ojo y salio de la habitacion en direccion a la cocina. Chris solto un lento y liberador suspiro para finalmente hacer caso a las indicaciones de Sana y caer dormido mientras se abrigaba con la manta que usaba todas las noches.

Por otro lado, Sana se encontraba mezclando y cocinando ingredientes que para ella sabian y combinaban exquisitamente. Ella le tenia un gran aprecio a Chris, era como un hermano mayor para ella pues aun siendo un chico reservado y timido tenia mucho valor, algo que llamo la atencion de Sana y quizo permanecer a su lado. Unas 2 horas despues Sana habia terminado todo, dejando la casa inundada de un olor algo agridulce que atraeria a cualquiera y eso hizo sentir muy satisfecha a Sana, siendo que iba a despertar a Chris para que merendaran juntos pero le vio descansando tan plácidamente que decidio no hacerlo y mejor exploraria su casa.
["El mayor enemigo del ser humano es el ocio"]
Sana camino lentamente por cada rincon de la casa ajena, observando con detenimiento los tapices y los cuadros que acompañaban las paredes, claramente pintados a mano por Chris. Subio unas escaleras que daban a una puerta de madera bastante grande con un color cafe obscuro que la hacia parecer mucho mas misteriosa ya que era un poco muy diferente a las demas puertas de la casa, sin mas, Sana abrio la puerta, encontrandose con infinidad de cuadros, algunos incompletos, algunos bastante raros para el razonamiento de Sana y algunos a medio cubrir con un pedazo de tela. Un cuadro en especifico llamo su atencion, pues yacía tirado y boca abajo sobre el suelo. Se acerco y apenas toco el marco para volteralo un gran estruendo se escucho a sus espaldas haciendola dejar el cuadro intacto y corriendo hacia la puerta que ya no podia abrirse, por arte de magia habia quedado ahi atrapada y a ella le daba pánico —¡CHRIS! ¡CHRIS!— Comenzo a gritar desesperada, esperanzada a que su desesperacion llegara a los oidos de su compañero.

Chris se encontraba perdido en sus sueños, esta vez todo era negro con algunos destellos de color morado y sonidos de pequeñas campanillas que podria jurar, eran demasiado satisfactorias a su oido. De nuevo ese chico aparecia en sus sueños, esta vez solo viendo su sonrisa desvanecerse conforme avanzaba el sueño. Le hizo sentir algo en su interior, no era dolor, no era tristeza;era culpabilidad, la misma que sentia con Sana por no poder contarle lo que realmente pasaba incluso si la conocia desde hace mucho. Despues de eso todo se volvio a tornar negro y en silencio. Un pendiente dorado cayendo a lo lejos capto su atención y el sonido que emitió este al caer fue tan profundo haciendo eco en la cabeza de Christopher durante varios segundos, algo que lo logro despertar y reacciono rápidamente al escuchar los gritos de Sana olvidandose completamente de la fiebre que le atacaba en ese momento corriendo hasta las escaleras y subiendo estas lo mas rapido que pudo hasta llegar a lo q era la puerta de su estudio. Al abrirla Sana lo abrazo tan fuerte que creyó caerian por las escaleras si es que no lograba aferrarse al barandal.—¿Que fue lo que pasó como para yo haber escuchado tu sufrir hasta mi habitacion?— Pregunto el chico preocupado —No lo se, yo solo intente levantar el cuadro que estaba en el suelo y la puerta se cerro de la nada a mis espaldas, algo me impedia salir y me asuste demasiado— Sana se aferro mas a Chris hasta que porfin logro tranquilizarse. Estaba algo confundido y aliviado al mismo tiempo, pues no habia razon aparente para que la puerta pudiera cerrarse pero si eso no ocurria probablemente ahora estaria contestando las mil y una dudas de Sana sobre el chico del cuadro y tendria que explicarle porque no le habia comentado antes. —Sera mejor que bajemos— Dijo el chico con su tono de voz habitual y estaba siendo muy calido con Sana para poder darle un poco de consuelo despues del susto que se habia dado.
[...Aun no deben de saberlo, la curiosidad puede matar al gato...]
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—Jeremy nd' Kelsey <3
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- Bellezas olvidadas
Fantasy- Un joven artista de la epoca renacentista sueña seguido con un guapo chico, de aspecto algo desarreglado y que pareciera pertenecer a otra epoca. El se encarga de pintar su vivo retrato una y otra vez hasta darse cuenta que en realidad el chico de...