daseos

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Un castaño de una altura no muy alta entraba por las puertas del nuevo hospital conociendo al fin la gran inversión que había hecho su ultimo familiar. No estaba para nada seguro y tranquilo por el plan de su tío, era completamente descabellado querer dejar a dos personas que lo quisieron muerto dentro de su misma área de trabajo, pero no podía pronunciar nada respecto a ello, no le correspondía, simplemente tenia que acatarse a las ordenes que le fueran dadas o solo ocultarse como un pequeño crio.

— Sobrino, al fin estás aquí. — dice Seong Jun cuando ve al más joven cruzando las puertas. — ¿Qué te parece? Esta mucho mejor que el anterior. — habla refiriéndose a su nuevo hospital, el cual Youngjae observaba detenidamente.

— Si, está bien. — dice sin palabras, más que nada por el hecho de que no le interesaba el hospital ni todo lo que estaba en la mente de su tío, solamente quería irse pero que su tío estuviera con él y que se cuidaran como una familia normal. Era su único deseo y era imposible de cumplir.

— ¿Solo bien? Vamos, sobrino. Un poco más de emoción. — Seong Jun pone su brazo sobre el hombro de Youngjae y lo guía hacia dentro. — Es un poco más espacioso y hay el triple de seguridad.

— ¿Y crees que bastará para detener a Min y a Park? — pregunta con un poco de ironía. Él había sido testigo de lo que eran capaces, y claramente no se confiaría en estar en el mismo lugar que ellos. Esas mismas dos personas le habían puesto un cuchillo en su cuello y apuntado con un arma, y aun el día de hoy siente la suerte de seguir con vida.

— ¿Qué te hace pensar que no lo hará? — pregunta deteniendo su paso y observando a su sobrino esperando una respuesta.

— Tío, tu sabes lo que hicieron con tu primer hospital. ¿Qué te hace estar tan confiado de que no harán lo mismo o peor?

— Me gusta que seas precavido, pero no te atreves a afrontar las consecuencias.

— ¿Afrontar las consecuencias? — Youngjae ríe con ironía. — Tus consecuencias serán la mismísima muerte y seguramente la mía también porque siempre pago los platos rotos. — mira con un tanto de tristeza a su tío. — Eres lo único que me queda en la maldita vida, y en vez de poner mi vida en riesgo deberías estar pendiente si me va bien en la escuela, si puedo entrar en alguna Universidad de buen prestigio, pero no, solamente soy un peón más en tu estúpido juego.

— Ya estás grande para estar cosas. — le responde de inmediato. — Se un hombre y afróntalo.

— ¿Por qué siempre lo único que debes decirme es que afronte las cosas? — dice Youngjae frustrado. — Yo debería preocuparme por entrar en la universidad, pero en cambio estoy aquí asegurándome que aun sigues cuerdo y no te voy a perder. — Youngjae sentía como estaba al borde del llanto pero no se dejaría caer tan sencillo. Estaba aburrido de ser visto como un pequeño niño que llora por todo. — Mis padres no debieron morir, pero pasó, y llevo afrontándolo años, así que no tienes derecho a decirme que sea hombre cuando estoy bastante roto con todo.

— ¿Ya terminaste? — le dice sin importarle lo que le estaba hablando, se le hacía tedioso que su sobrino comenzará a hablar de esa manera y siendo tan sentimental. — Tengo cosas más importantes que seguir escuchando tu lamento.

— Eres un hijo de puta. — dice Youngjae con desprecio.

— Muy bien, sobrino. Al fin dices algo sincero y que venga de tu mente. Excelente. — le felicita dejando desconcertado a Youngjae. En su defensa, cualquier tío normal le hubiera gritado o mirado de forma amenazante por tal insulto y de seguro le hubiera dicho que era un joven insolente sin modales, pero aquello no podía esperarlo de Seong Jun, estaba tan jodido como las dos personas que tenia encerradas. — Debo irme. Esto esta sumamente intrigante y debo estar al tanto.

El Ángel y El Demonio Renacen |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora