Capítulo I: "Abuelos, compromiso y... ¿Remus?"

3.7K 319 46
                                    

Dumbledore estaba tranquilo en su despacho comiendo caramelos de limón cuando de pronto, de la chimenea de su oficina, aparecieron Desmond y Elena Prince.

- Buenas tardes, señor y señora Prince - Dijo este un tanto sobresaltado - ¿A qué se debe su visita? - Finalizó con una sonrisa.

- ¿Sabe dónde está nuestro nieto? - Respondió Desmond con indiferencia, mientras entraba a la oficina a paso rápido.

- ¿Disculpe?

- Necesitamos hacerle saber algo.

Dumbledore los observó como si estuviera pensando si decirles o no donde estaba, de pronto su mirada se dirigió a una hoja que tenía el señor Prince en su mano derecha, la observó y pudo leer rápidamente una palabra en grande "Matrimonial".

- *Así que es eso* - pensó, tendría que avisarle a Severus lo antes posible y traer a alguien más para ayudarlo.

- ¿Algún problema? - Dijo Desmond con desdén.

- Ninguno, le avisaré de inmediato - Respondió Dumbledore con una sonrisa - Pero primero tengo que llamar a alguien así que si gustan pueden sentarse mientras esperan. Lilith - Una elfina de ojos grises apareció a su llamado - ¿Podrías traer té para nuestros invitados, por favor?

- Como guste amo Dumbledore - Y con "puf" desapareció para volver a aparecer, tiempo después, con una bandeja. Esta hizo una reverencia y volvió a irse.

- Bueno, si me disculpan tengo que contactarme con alguien y con su nieto - Dijo Dumbledore, dejándolos solos para dirigirse a la chimenea.

*******


Un Severus de 22 años estaba tranquilo en su dormitorio preparándose para poder sacar su maestría de pociones; había una litera, dos escritorios, dos armarios y una mini-chimenea para llamadas de familiares, el cuarto era blanco, había muchas cosas de Quidditch, posters de equipos y un equipamiento de alta calidad en la estancia, su compañero había acaparado todo sin haberle preguntado nada, aunque bueno, antes de llegar ya estaba todo de esa manera.

Dio un suspiro al haber terminado de leer el libro y corregir una parte de las más de mil tipos de pociones con una pluma - "reverendo inepto el que hizo esto" - pensó.

Como era posible que, para poder ser llamado Maestro de pociones certificado, tendría que pasar 6 años de estudios; él a los 11 años ya sabía bastante de la materia, pero aun así necesitaba sacar su maestría, aunque tuviera que soportar lo que restaba de año y uno más a sus ineptos profesores que se hacían llamar "Expertos" en pociones.

Por lo menos su compañero era amable a pesar de chulearse como Sirius Black, incluso lo invitaba a reuniones donde nunca iba, pero agradecía el gesto. Miró la hora, eran las 5:58 pm, sus clases habían terminado a las 4:00 pm y desde que salió se había encerrado en su dormitorio, despidiéndose de su compañero, al cual era al único que soportaba, para poder continuar con sus correcciones de ese libro tan asqueroso.

Se estiró antes de levantarse, se había cambiado en cuanto llegó con un short arriba de sus rodillas un tanto holgado y una camiseta con diseños de peces y diferentes tonalidades de verdes que no sobrepasaban el verde musgo o el oscuro para dar la sensación de una fotografía de una jungla, esta misma le quedaba un poco más arriba que su short, pero lo prefería así, dado que, sino su compañero podría descubrir la forma de su cuerpo; esperaba enserio que no lo haya descubierto en todos esos cuatro años. Siempre había sido cuidadoso y se bañaba y vestía en el baño señándolo con fuertes hechizos y una que otra maldición por si este intentaba abrir la puerta.

Amor por un contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora