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Era el dia mas esperado para ambos jovenes adultos, su aniversario numero dos de noviazgo.

Kakashi al igual que Iruka estaba totalmente emocionado, ambos habían quedado de verse en uno de los restaurantes más lujosos de la ahora ciudad Konohagakure. Ya habían pasado cuatro años desde que Kakashi se había vuelto Hokage, y gracias a esto a tenido bastante trabajo, sin lograr tener tiempo para su lindo novio.

Hoy era ese día, ese gran día en que le pediría unir sus vidas para siempre, o al menos hasta que la muerte los separase.
Su relación no era conocida, al menos no en toda la ciudad, solo las personas cercanas conocían de su relación, y estaban muy felices por ambos.

Kakashi acomodaba unos documentos en su escritorio, sonriendo como un bobo bajo su pasamontañas, Shikamaru estaba ahi, ayudándole con los documentos que quedaron pendientes de revisión, sin embargo a este parecía no importarle el trabajo extra que tenía, porque sabía que no se trataba de trabajo que simplemente el flojo Hokage no quería hacer, sino que esta vez al menos no podría hacerlo.

—Se ve muy emocionado Kakashi-Sama. —Le habló Shikamaru. —Y dele un saludo de mi parte a Iruka-Sensei.

—Hai, Hai—. Contestó con una simplesa fingida, ocultando los nervios que tenía ese día.

—¿Lleva el anillo? —Le recordó el pelos de piña.

—Si, ¡Ah! Está en mi pantalón, creo. —Tras decir eso Kakashi comenzó a buscar entre su ropa aquel preciado objeto. —¡Aquí está! —Exclamó una vez lo encontró. —Bien, ya es todo, nos vemos mañana probablemente Shikamaru.

Shikamaru sonrió viendo como el Hokage salía de su oficina irradiando brillitos.
A cada paso que Kakashi daba, era saludado por cada persona, mientras se dirigía a comprar varias cosas en varias tiendas, con un pequeño regalo en mano, preparó la reservación del restaurante.
Nada podía arruinar su ánimo esa noche, incluso vio a sus queridos alumnos saludarle.

—¡Kakashi sensei! —Exclamó Sakura con sorpresa. —Cuanto tiempo.

Junto a ella estaba Naruto con Hinata y Sasuke.

—Sakura, ¿Cómo les va? —Saludó a los demás.

—Iruka Sensei me contó que usted lo invito esta noche a un restaurante. —La sonrisa y mirada que le daba Naruto era inquietante, porque se trataba se esa mirada perversa que hacía cada que decía o hacia algo indebido. Soltó una risa nerviosa algo apenado.

—Usuratonkashi, no molestes al Hokage.

—No tienes que llamarme con tanta formalidad Sasuke. —Dijó avergonzado.

—Kakashi-San, etto... ¿No le estamos quitando su tiempo? D-Digo... Tiene planes a los que asistir. —Agregó esta vez Hinata.

Y oh querida Hinata, los cielos te cantan por recordarle a ese torpe hombre lo que estaba haciendo inicialmente. —¡Oh! Es cierto, nos vemos.

Su despedida fue totalmente casual, llendose por su lado.

—Hay algo en esos cuatro que no me cuadra correctamente. —Pensó a su vez que suspiraba.


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Iruka sonreía mucho, durante todo el día de milagro no había regañado a ninguno de los niños de la academia. Sonriendo totalmente como un bobo y claro, los infantes no dejaron pasar eso desapercibido.

Las preguntas no tardaron en llegar como misiles. “¿Iruka-Sensei está enamorado?” “¡Iruka-Sensei va a una cita!” “¿Conoció a una bella señorita?”
Niños ingenuos, si tan solo supieran que el salía con el Hokage desde hace unos años.

𝙴𝚕 𝙼𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚀𝚞𝚎 𝙽𝚞𝚗𝚌𝚊 𝙿𝚊𝚜𝚘́  ᵏᵃᵏᵃⁱʳᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora