IV

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-Noona por favor solo necesito dos billetes no seas mala. Yo de verdad necesito un café sino no podre funcionar bien hoy.

Después de un fin de semana lleno de diversión, Taehyung despertó tarde el martes por la mañana, si, martes. Para él, un fin de semana era de sábado a lunes, no contaba viernes por que esos los dedicaba a hacer sus deberes, no es tan irresponsable como piensan.

Tenia que ir a sus clases, pero como siempre, iba tan tarde que había olvidado la billetera en casa así que ahora tenia que pedir dinero para su café diario.

-Ah, bien solo cállate ya, por favor. Ten, para tu café y almuerzo. - Dijo mientras le extendía unos billetes.

-Ah muchas gracias Rinnie, te lo devolveré, lo juro - Dijo mientras abrazaba a Haerin.

-No es nada, creo que ya me acostumbre a esto - Murmuró mientas devolvía el abrazo.- Tae, sabes que esto no te traerá nada bueno, quiero decir, ¿no quieres mejorar tus hábitos? No digo que cambies solo que me preocupas, algo podría pasarte en uno de esos lugares a los que vas.

-No te preocupes por eso Noona, pasara lo que Dios quiera que pase - Deshizo el abrazo y acomodo sus ropas.

-¿Eh? ¿Y tú desde cuando nombras a Dios? - Dijo mientras soltaba una risa nasal y acomodaba el cabello de Taehyung.

-Desde que lo conocí en persona, Noona - Sonrió tontamente mientras tomaba las manos de su amiga y las movía en el aire.

-¿Y esa sonrisa? ¿De quien hablamos? Rápido dime - Agito sus manos mientras sonreirá emocionada.

-Nuu, debo ir por mi café, ¡adios! - Se separó rápidamente y se fue corriendo.

-Ya, ¡No te atrevas a irte así! ¡¡¡KIM TAEHYUNG!!!

-¡BYE NOONA, NOS VEMOS! - Caminando de espaldas gritó a lo lejos agitando la mano y una sonrisa gigante adornaba su rostro.

Hoy era un día muy agradable, fresco,  no había sol y el clima estaba perfecto. A Taehyung le gustaban este tipo de días, se sentía bien, se sentía feliz y con ganas de vivir la vida. Cruzó la calle para entrar a su cafetería preferida, hoy tenia ganas de un café sin leche y poca azúcar, así que eso pediría. 

Al momento de entrar, el olor a café invade sus fosas nasales, ese olor tan adictivo, él lo ama.

-Buenos días, bienvenido ¿Qué te gustaría ordenar? - Lo saluda un chico, apuesto, con una linda sonrisa. Tae no desaprovecha la oportunidad.

-Hola, lindo. Quiero un café, poca azúcar y sin leche - Dice con una sonrisa coqueta recargando su cabeza en su mano.

-Oh, Taehyung-ssi

-¿Mh? - Voltea al escuchar su nombre, y esa voz - ¡Oh! ¡Padre Jungkook! Hol- Eh- Mmh- Ho-Hola.

 Con las mejillas sonrojadas y la boca seca, apenas y puede pronunciar eso, cae en cuenta que sigue tocando su hombro, se siente sudar y sus piernas fallar, se pregunta que hacer, no sabe que hacer.

-¿Cómo has estado? - Jungkook le sonríe tiernamente.

Kim baja la mirada hacia la mano extendida, ¿será prudente tomarla? No la querrá soltar después. Se decide por corresponder el saludo, mas no se espera que Jeon lo jale para un abrazo... Oh dios, ese perfume, quiere olerlo por toda su vida, todas sus noches y días. Alza los brazos lentamente para sostener el abrazo.

Ninguno de los dos se separa, quieren hacerlo, más sus cuerpos no corresponden a sus deseos, aunque, ¿realmente desean separarse? Solo piensan que es lo correcto, deben separarse.

Stigma «KookTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora