Cautivo Ι

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—Takemicchi...

La respiración del beta se volvió agitada y el miedo se apoderó de él, llevó sus manos hasta su boca para cubrirla, el más mínimo sonido podría dejarlo al descubierto y más cuando la herida en su pierna comenzaba a punzar.

—Takemicchi... ¿Dónde estás?

El tono del alfa era burlón, se estaba divirtiendo con la situación mientras buscaba rigurosamente en cada rincón del departamento.

Para el pelinegro no bastó tener su boca cubierta, también mordió su labio con fuerza hasta que formarse un herida de la cual salían algunas gotas de sangre.

¿En qué estaba pensando?

Takemichi sabía que estaba mal herido, la mayor parte del tiempo Mikey lo obligaba a estar postrado en una silla de ruedas y sólo podía usar muletas cuando se encontraba a solas.

Aún así se atrevió a buscar una manera de poder escapar, no tenía pensado hacerlo en ese momento, ni el próximos días, ni siquiera en algunas semanas, sólo quería tener un plan bien elaborado para cuando llegase el día.

Maldijo para sus adentros al casi ser descubierto, el alfa había llegado más temprano de lo usual y lo agarró desprevenido, lo más lejos que pudo llegar fue a la puerta principal del departamento, por lo que después tuvo que esconderse.

Quizás esconderse también había sido mala idea.

Ahora se encontraba en el estrecho cuarto de limpieza, la voz de Mikey clamando su nombre se acercaba cada vez más a él, un escalofrío recorrió su cuerpo y comenzó a temblar ligeramente mientras veía por la rendija inferior de la puerta.

La luz de afuera hacía que se formara una sombra cuando alguien caminaba por delante, aquello sólo dejaba más intranquilo al beta quien únicamente miraba a ese lugar, su cuerpo se tensó al notar como la sombra de su captor aparecía.

«¿Qué demonios es esto? ¿Una película de terror?», se regañó en su mente por lo irónico que resultaba su situación.

La sombra siguió avanzando hasta desaparecer, el pelinegro soltó un suspiro del alivio y estaba por pararse cuando la puerta se abrió repentinamente.

—¡Ah, Takemicchi! Te encontré.~

Mikey estaba frente a él con una sonrisa aterradora, sus cabellos plateados se veían más brillantes al estar en contraste con la luz.

Takemichi levantó la mirada hacía él, liberando un pequeño grito ahogado debido al nudo que se había formado en su garganta, sus ojos estaba desorbitados del miedo e incluso, el sólo pronunciar un monosílabo le costaba.

—M-Mikey-kun —tartamudeo el beta.

—¿Qué haces aquí? Este lugar no luce cómodo y menos por tu herida.

Desde esa posición el rostro del alfa se veía más sombrío que de costumbre, Takemichi no sabía que decir para excusarse y trataba de mantener la calma para no decir algo que lo perjudicara.

—Eso... es... porque...

—¿Acaso estabas tratando de alejarte de mí? —el tono de Mikey cambió a una de furia, fue tan repentino que asustó al beta.

Obsesión |MaiTake|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora