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La música retumbaba por toda la habitación.
Era una balada lenta, excitante y maravillosamente hermosa.

Ambos jóvenes se encontraban sobre la cama ya algo destendida, ella encima de él, aún con el uniforme puesto. Dejando castos besos sobre sus labios y piel. De pronto, sus manos comenzaron a bajar hasta la hebilla de su cinturón para desabrocharlo, y así poder sacar con rapidez el pantalón, pero antes de hacerlo, la mano de aquel peli negro la detuvo abruptamente, haciéndola confundir al instante.

—Kate—susurró apenado—No, no puedo hacerlo hoy.

Un largo suspiro se escuchó por parte de la chica.

—Eso dices siempre que lo intentamos Min—le respondió la rubia quitándose de encima, acomodando su cabello algo desordenado.

—Lo sé, pero yo...

—Está bien, no importa—le interrumpió tomándole de la mano—No voy a presionarte para nada, esperaré hasta que te sientas listo de esto.

—Gracias—respondió mirando hacia otro lado, evitando el contacto visual a toda costa.

—¿Qué tal una película?—habló la chica sacando su laptop de la mochila—Hay una que me recomendaron, pero por falta de tiempo no había podido verla, se escucha interesante.

—Claro, veamos lo que tú quieras.

La tarde siguió pasando con bastante lentitud, al término de la película, Kate decidió que lo mejor era regresar a casa antes de que anocheciera y así lo hizo.

Min y Kate se habían conocido cuando ambos tenían catorce años, el peli negro acababa de mudarse a Gales, una pequeña nación dentro del Reino Unido, por cuestiones del trabajo de sus padres. Era nuevo en ese lugar, malo socializando, lo suficientemente tímido como para el mismo comenzar una conversación, pero Kate siempre fue todo lo contrario a él, y extrañamente desde el principio se entendieron.
Pero, no fue hasta hace apenas unos dos años que el chico se había animado a proponerle ser su novia. Sus padres la amaban, a sus amigos les caía muy bien, era la chica perfecta para Min. Todo en ella se complementaba con el, en sus estudios, el deporte, su manera de pensar se asemejaba demasiado. Todo iba "increíblemente" genial entre ellos dos, a excepción de un pequeño detalle, ella quería perder la virginidad con el, y Min no estaba seguro de hacerlo todavía.

—¿No deberíamos estar en el salón?—cuestionó el peli negro jugando con sus dedos nervioso

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—¿No deberíamos estar en el salón?—cuestionó el peli negro jugando con sus dedos nervioso. Mientras el aire le despeinaba el cabello.

—En teoría...si—respondió aquel peli rosa dándole una calada a su cigarro—Pero acéptalo Min, te apuesto lo que quieras a que el profe ni siquiera se ha dado cuenta de que no estamos.

—Pero...

—Confía en mi ¿Okay?—le interrumpió descaradamente—No es mi primera vez en detención, ese lugar es como mi segunda casa.

I'm N̶o̶t̶ gay. [Yoonmin] [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora