03

180 22 2
                                    

Al sentarse todos la miraban, dedujo que ese lugar era donde se sentaba Ben, por esa razón la observaban con pena, solo una chica, Vanya la miraba con una especie de odio.

La cena fue silenciosa, pudo notar que era porque su padre no se los permitía, ante el más mínimo ruido todos levantaban las cabezas, y miraban al que lo ocasionaba.

El chico de ojos verdes se sentaba frente a ella, podía notar que no estaba bien, era como si le faltara autoestima.

Al terminar de comer todos se quedaron en silencio, no se miraba ninguno al otro.

Reginald se limpio la boca, y se levantó de la mesa.

Número Siete, Número Ocho, vengan conmigo— ____ y Vanya muy confundidas se levantaron de sus asientos.

Dejaron atrás el comedor. La chica se dió vuelta un par de veces para ver qué sucedía por detrás.

Al llegar a un cuarto, en el que ya no se oían las voces de sus hermanos levantandose de la mesa, se detuvieron para entrar.

Entraron ambas chicas y luego Reginald, la más confundida era _____, no sabía porque la habían llamado, Vanya sabía algo que era una posibilidad, pero al igual que su hermana estaba confundida.

Las llame aquí por la razón de tu incorporación, Número Ocho,— ______ miraba todo con atención, para no perderse de ningún detalle,— Aún no puedes entrenar con los demás, por lo tanto tus entrenamientos serán particulares, y tus estudios los harás con Número Siete—.

Suspiro, camino hacia la puerta y la abrió un poco, ambas salieron del cuarto en silencio.

Al salir ______ miro a Vanya tratando de ser amable, pero ella solo giro los ojos sarcástica y siguió caminando.

Estuvo recorriendo la academia un buen rato, no por gusto, si no trataba de encontrar su cuarto.

Cuando finalmente lo encontró, no se preocupo ni por ponerse la pijama, se desplomó de tanto cansancio.

Luego del desayuno se dispuso a explorar la academia. Camino hasta llegar hacia una especie de sala, un poco antes de llegar se detuvo al escuchar unas voces.

Una voz masculina bastante enojada gritaba —¡Eres un idiota!—

Alguien que sollozaba un poco decía, —¡No fue mi culpa Diego!— enseguida reconoció la voz, era de Cinco, pero antes de hacer algo espero a escuchar más.

—¡Callate Cinco!, ¡De no ser tan idiota lo hubieras salvado!—Tambien reconoció la voz, era el chico rubio, Luther.

Ahora sí ____ ya no espero más se adelantó con paso veloz hacia las voces.

—¿Que sucede?— pregunto mirando la ecena.

Estaba Cinco de un lado y del otro lado estaba Luther, y otro más, que suponía que era Diego.

—¿Es la nueva?— susurró Diego.

si idiota, y te está escuchando— respondió el chico rubio.

—¿que quieres niña?—pregunto Diego desafiante.

—Nada idiota— Respondió______ molesta.

—¡Hey!, Recién acabas de llegar ¿y ya te crees mejor que yo?— resopolo el chico más enojado.

—No, ¡solo quiero saber que pasa!— respondió ella acercándose más a él, Cinco y Luther observaban la ecena.

—Nada que te importe estúpida— respondió Diego sacado de si.

—¿Cinco que sucede?—se acercó a el. —¿que te paso en el ojo?_ dejo ella mirando un moretón cerca de su ojo.

—Nada...—respondio el tratando de ocultar la marca.

—¿Qu-que?—pudo oír las risas de sus hermanos a sus espaldas. —Ustedes... ¡¿Que le hisieron?!— pregunto enfadada moviéndose hacia Luther y Diego.

—Calma niña, era lo que merecía— dijo el rubio tratando de apoyar a su hermano.

¡No me voy a calmar idiota!— la chica estaba fuera de si.

—Parece que tú también lo mereces,— aporto Diego acercándose a _____, que los observaba enojada.

De pronto se oyó la voz de Cinco que decia—Callense— los tres se dieron vuelta a mirarlo.

—¿Que dijo el pequeño número Cinco?—Comenzo nuevamente Diego. El oji-verde solo agachó la cabeza,— eso pensé— a través del rabillo del ojo pudo ver a su hermana poseída por la furia.

—¿Que pasa linda?— continúo riendo Diego, como si no quisiera provocar a ______.

—No me llames asi...— dijo entre dientes.

Puedo decirte cómo yo quiera...— continúo con una sonrisa desafiante, y remarcando el "yo".

Poco a poco Diego se fue callando, a medida que ____ se acercaba, sus ojos estaban de un color rojizo, sus puños apretados, Luther al igual que Cinco, se había quedado mirando la ecena frente a sus ojos.

—No eres... Mejor que yo, ni que Cinco...— la mirada de la chica era fulminanteDiego estaba muy callado, poco a poco de uno de los bolsillos de su saco, sacó una navaja.

Ya sus rostros estaban cerca, hasta escuchar la voz de su padre,—Numero Ocho, Número dos, ¡¿Que ocurre aquí?!, Número Cinco, Número Uno, vayan a su cuarto.— Cinco y Luther se fueron lo más callados posibles.— Ustedes dos,— dijo mirando a ______ y Diego, que estaban bastante callados y nerviosos.

Ambos lo siguieron hasta su oficina, caminaban lento para retrasar el momento incómodo.

Al llegar Reginald cerró la puerta detrás de ellos, y se posisiono delante de ellos.

—Lo que acaban de hacer es un acto de irresponsabilidad terrible, ambos serán reprendi...— pero antes de poder continuar la puerta se habrio, era Grace llegaba con su sonrisa al cuarto.

—Me temo que devo llevarme a _____, a sus clases— parecía no haber notado el momento.

—Bien, Número Ocho puedes irte,— _______ mirando con una sonrisa a Diego salió del cuarto.

Before you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora