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Aviso!: Hice cambios en el cap anterior nada más.






La primera clase de _______ no fue la mejor, peor fue cuando tuvo que recitar una frase en griego antiguo, era imposible, según Grace era importante, su padre quiso hacer que todos sus hermanos, incluida ella, lo aprendieran.

Además tampoco había podido dejar de pensar en Cinco.

—Es imposible— se quejo, mientras podía oír las risitas de Vanya a sus espaldas.

—tu puedes querida— alentaba Grace.

—Si, solo que está vez no hables en chino— se burló entre dientes Vanya.

_____, la miro mal. Intento unas 3 veces más, pero no lo logro. Para su "suerte", su padre llegó para corroborar que todo estaba en orden, y decidió quedarse.

—_______, quiero que recites una frase de la "Odisea", en griego, por su puesto— dijo, remarcó "griego", como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Luego de varios intentos, sin tener suerte, Reginald se puso de pie.

—Veo que no lo lograste, espero que te vaya mejor en los entrenamientos— con su paso firme se alejó.

Al terminar, muy cansada, se dispuso a ir a dormir. Subió las escaleras arrastrando los pies, las palabras sonaban en su cabeza como una melodía repetitiva. Se sentía abrumada.

Estaba cerca de la puerta de su cuarto, ya tenía la mano en el picaporte, pero oyó algo.

—¡Agh!— era una queja, y provenía de el cuarto de Cinco.

Algo curiosa, y olvidando el cansancio se acercó a la habitación. Tardo en decidirse, pero finalmente dió unos golpecitos a la puerta.

—¿Cinco?— pregunto mientras oía las pisadas acercarse hacia la puerta.

—Hola... _____— dijo algo tímido, algo raro pasaba.

—¿Por que ocultas media parte de tu rostro?— dijo ella moviendola puerta.

—No es nada...— trato de apartarla el de la puerta.

Fue en vano, pues ella empujó más la puerta, y consiguió entrar.

—¡Cinco tu ojo!— dijo mirando al oji-verde, tenía un gran moretón, como de un golpe, además un hilo de sangre salía de allí.

—estoy bien— respondió el algo rápido.

—Esos idiotas...— susurró,— Ven vamos a curarte— la chica tomo la mano de Cinco, y lo condujo afuera.

—No es necesario...—trataba de explicarle el.

—Callate— ella seguía sin escucharlo.

Entraron al cuarto de la chica, está lo sentó en la cama, y le dijo que la esperara, ella iría por algo para curarlo.

Luego de buscar por toda la academia volvió.

—¡Aqui estoy!— dijo adentrándose en su cuarto.

—si que no conoces el lugar— rió el.

—Agradece que me preocupa tu bien estar— tomo una gasa y se sentó junto a el.

—¡Quedate quieto!— le gritaba mientras el chico le movía la mano.

¡Me dolerá!, ¡Alejate!— pero la chica no lo dejó, lo tomo por las manos juntandolas para que quedara inmovilizado.

—¡Ja!, ¡Gane!, Ahora déjate curar...— dijo haciendo presión sobre el ojo del chico.

—¿Como aprendiste a hacer eso?— pregunto frotando sus muñecas.

—Vivi 2 años en un manicomio— comento sin darle mucha importancia, pues estaba concentrada.

—¡agh!— se quejo el y la chica se rió—¿Mani-Manicomio?— pregunto con preocupación.

Ella giro los ojos,— si, manicomio, todos creían que estaba loca... Allí conoces personas, y algunas te enseñan trucos— había terminado con la herida y ya guardaba las gasas.

Luego de un rato de silencio Cinco preguntó, —_______... ¿Porque me creíste?—

—¿Creer que?—

—Creer que no fue mi culpa...— no pudo mensionar lo siguiente en su frase.

—¿Porque no lo haría?— pregunto incorporándose más en la cama.

Tal vez por la misma razón que todos...— este sorbio su nariz.

No les creeria, ni una, sola, palabra, te creo Cinco— ella sonrió, y el también.

—Bien, creo que no te molesto mas... ¿No?, Me voy a mi cuarto...— poco a poco se levantó de la cama.

—Oh si, bueno adiós— lo saludo alzando un poco la mano.

(...)

L

uego de la cena cada uno se fue a su cuarto, _____, que estaba en camino se encontró con Diego.

—¡Fijate!—Grito empujándola un poco.

—Fijate tu idiota— murmuró estresada.

—La princesa está de malas— rió el burlón.

—Dejame en paz— murmuró.

—¿Sigues enojada por lo de Cinco?— dijo levantando una ceja.

—No— trato de ser lo más cortante posible.

—Vamos, te molesto que lo golpearamos, se lo merecía, tu, eres nueva, pero no sabes lo que el hizo...— poco a poco comenzaba a susurrar aquellas palabras.

—eso es mentira... Yo le creo a el...— dijo entre dientes la chica.

—es verdad, el mato a nuestro hermano...— continúo como si no le importara.

—Callate Diego...— ella comenzaba a apretar cada vezas sus puños, y sus ojos cambiaban de tonalidad.

—¿Ya te enojaste?— pregunto aún más desafiante.

Ella suspiro, tomo mucho aire y exalo, trato de calmarse, no Hiba a meterse en problemas de nuevo por un idiota como Diego.

—No, no lo estoy, no mereces mi enojo— la respuesta lo dejó tieso, ella aprovecho y comenzó a irse lentamente. —ah y Diego, vuelve a hablarme así, y te partire la boca—.

Before you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora