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Seis niños de unos trece años se posisionaron, uno al lado de otro. Frente a ellos estaba Sir. Reginald Hangreevs, un hombre de traje, imponente, amargado y con actitud seria. Observaba a los niños fijamente, a través de el cristal de su distintivo monóculo. A su lado estaba un simio, Pogo, asistente y ayudante del anterior mensionado, también de traje, apoyado en su bastón. Estaba junto a una mujer, rubia, con una encantadora sonrisa, y una tes clara.

-Devido a las recientes sircunstancias- comenzó a hablar Reginald- eh tomado la decisión, de adoptar a un nuevo niño, un nuevo héroe para la academia umbrella- dijo sin dirigirle la mirada a ninguno de los presentes.

-¿Un nuevo hijo?- preguntó curioso, un chico de cabello oscuro, y ojos verdes.

-Numero Cinco, Silencio, nos estás aqui para hacer preguntas- ordenó el hombre, el chico solo agachó un poco su cabeza.

Un chico rubio y alto, lo miro de reojo dejando escapar una risita burlona.

-Ella es...- continúo, para volver a ser interrumpido por un chico también de cabello oscuro.

-¿Ella? ¿Es chica?- dijo sin darse cuenta que su tono estaba un tanto alto, lo cual no fue del agrado de Reginald.

Volvió a suspiro fuertemente, y continúo, esperando que no hubiera más interrupciónes- ¡Número ocho! Adelante.

Una chica, (que supuso que el llamado era para ella), avanzo de detrás de una de las puertas, los miraba a todos lentamente.

-Ella es Número Ocho, su nueva hermana, está aquí como remplazo de Número Seis- esas últimas dos palabras, hisieron que todos agacharan sus cabezas, algunos suspiraron  que parecían ser una palabra, o un nombre prohibido, que hizo que todos suspiraron con  triztesa, algunos apretaron los puños, suspiros temblorosos, y algunas lágrimas.

La chica los miro en especial, al chico de ojos verdes que parecía el más afectado de todos, y al voltear pudo ver a Reginald que lo miraba seriamente, como si lo culpara de elgo. El chico lo notó y lo vio enojado- ¡No fue mi culpa!- exclamó de pronto, este lo miro como si no le creyera.

-¡Basta Número Cinco!, Feacasaste en la misión, ya lo habíamos discutido- respondió indiferente.

El chico se quedo con las ganas de decir algo, mero apretó los puños y dejo escapar unas cuantas lágrimas.

Ignorandolo continúo- ¡Grace! Entregale a Número Ocho su uniforme- ordenó y la mujer con una sonrisa se acercó y le entrego un uniforme, parecía ser uno escolar.

Las palabras, "Número" y "Ocho", resonaban en su cabeza, ¿Cómo?, ¿Era un puesto?, ¿Un nombre?, Pero de pronto su confusión fue interrumpida.

-Numero Cinco, muestrale a tu hermana su cuarto- el chico bufo y comenzó a caminar para irse- será la de Número Seis- el chico  suspiro temblorosamente y le hizo señas a la chica, que lo alcanzó apresuradamente.

Mientras caminaban le mostraba la academia, la chica observaba todo con atención, tenía preguntas como: ¿Que hacían allí todos esos niños?, ¿Porque ese hombre la llamaba "Número Ocho"?, ¿Quien era Número Seis?, Había tantas pero apenas conocía a el chico y no quería ahogarlo en su mar de preguntas. Subían las escaleras hasta que el chico se detuvo.

-Y bien... Dilo- dijo de pronto, la chica se asombro.

-Decir... ¿Que?- pregunto tímida, lo cual era raro en ella.

-Vamos, puedo notar que tienes preguntas- la chica se quedó mirándolo por un momento.

-No los se... ¿Quien es "Número Seis"?- la pregunta fue como si detuviera el tiempo, el rostro del chico se apagó.

-Lo... Lo siento, no quise que tú...- trato de reparar la chica.

-Ben... Era nuestro hermano,- ella supuso que se refería a los otros niños- murió en una de las misiones- una lágrima se escapó, pero la secó rápidamente.

-¿Misiones?- pregunto la chica.

-Cierto- se rió nasalmente-  tú llevas poco aqui, estás aquí porque... Bueno eres especial- la chica no puedo enviar saber de lo que hablaba su nuevo hermano.



Before you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora