La Mantis

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El motor del vehículo se detuvo fuera de la casa, puso el freno de mano, toma el celular para ver quien llamaba tan desesperadamente mientras estaba ocupada. Su pareja había llegado temprano del trabajo esta tarde, las luces estaban encendidas de la casa.  Se mira en el retrovisor para ver su cara y que no tenga nada.  
Camina hacia la casa sacando las llaves de su cartera, caminando con pasos firmes hacinedo sonar sus zapatos. Estandoa  punto de abrir la puerta y su marido abre la puerta.

- Hola amor, ¿ como estuvo tu día? - la saluda como siempre con un beso mientras cierra la puerta.
- Llegaste temprano hoy, ¿alguna novedad en el trabajo? - le sigue la conversación.
- Si, hubo corte de agua en la empresa y como sabes, nada debería funcionar sin agua, nos despacharon a todos, por cierto lindo abrigo. - le comenta mientras termina de lavar los trastes.
-Que mal por la empresa, pero que bueno que estas temprano hoy en la casa. - deja el abrigo en la sala de estar junto con su cartera y se sienta en el comedor.
-Aproveché para prepararte algo de cenar, no en un banquete como te mereces pero hecho con todo mi cariño, lo sabes. - se sacude y seca las manos, luego se dirige a buscar platos para servir la cena.

Se sientan en el comedor para alfin comer el platillo que preparó Alex. Cintia prende el televisor como cada día para ver las noticias, y por fin se da cuenta que falta algo.

- Cielo, ¿dónde están los niños? - pregunta con extrañesa.
- Están dentro de tu estomago... - Le dice soltando una carcajada y le habla con la boca llena - en casa de tu hermana, recuerda que los invitaron a quedarse a una noche de películas, último día viernes de clases ¿recuerdas? ya es costumbre. - le comenta haciendo un breve recordatorio.
- ¿Hoy es viernes? - le pregunta - creo que ando perdida. - en las noticias sobre un muerto encontrado sin cabeza.
-Cariño, todos los viernes sales - le contesta sabiendo su rutina. - mira hacia la tv.
-Cierto, creo que hoy no estoy en mis sentidos, disculpa. - se echa una cucharada a la boca.

Alex le sube el volumen a la tv, por que hallaron alguien que podría haber sido testigo del asesinato, entrevistan a una joven de 14 años que estaba cerca del lugar y encontró un abrigo que podría tener ADN. El reportero emocionado en pantalla dice: "al fín podemos saber que aspecto tiene esta asesina en serie apodada como la Mantis". Cintia apaga la tv.

-Cielo, estaba viendo, no es sencillo ser hombre y que sean solo hombres los asesinados y decapitados que están encontrando, quería saber en que acababa - le argumenta, como si perdiera la mejor oportunidad de su vida.
- Es que de pronto me sentí mal y no quería escuchar más la tv. - le dice tocándose la cabeza.
- ok, toma algo para el dolor, sabes donde está el botiquín - Se levanta de la mesa para botar los restos de comida y lavar los platos y servicios.

Cintia va hacia el cajón donde se encuentra el botiquín, al lado se encontraba un cuchillo, de esos con los que su marido Alex, trozaba la carne para el mes. Lo toma con su mano izquierda y lo ve fijamente.

- ¿Sabes cariño? en la mañana no saliste con el mismo abrigo que traias puesto - ¿dónde quedó tu abrigo? ¿En la escena del crimen? sabes que debes ser cuidadosa con esas cosas, sobre todo un viernes a final de año.
- ¿Qué?, pero ¿Cómo sabes...? - Cintia empieza a sentir como su cuerpo se entumece.
- También deberías saber que soy el mejor en lo que hago y mis diversos conocimientos me han ayudado bastante en mi trabajo de detective - se da la vuelta para mirarla a la cara. - Amor, ¿creías que no me daría cuenta?  La rutina que tienes te delató, yo mismo envié a nuestra hija de 14 años a que te investigara, a su corta edad tiene mejores conocimientos que yo y será mejor detective que yo, me atrevería a decir incluso que nuestra Victoria tuvo la iniciativa. - le dice mirando a los ojos.
- no es posible... - comienza a llorar - lo siento mucho... no es algo que controle yo... ¡Perdón! - grita desesperada.
- Un poco de psiloscibina en el té de la mañana... bastó para que todo no saliera como esperabas, te amo con mi vida, pero no puedo dejarte en libertad. - le dice con lágrimas en los ojos.

Alex la toma en brazos dirigiéndose a la sala de estar y recostarla en su sillón favorito, mientras las sirenas de los policías se reflejaban en su rostro. La luz a veces molesta, pero no puede permanecer todo en la oscuridad, por ahora un par de corazones rotos se despide con lágrimas, el sentido de la moral puede ser mas fuerte.

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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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