EL INICIO DE TODO

1.9K 73 1
                                    

MAMÁ, ¿JUEGAS CONMIGO? (Capítulo l)

- ¡Qué te hagas para allá niña! Me estas ensuciando con esa pintura, ¿No te das cuenta? ¿Estás tonta o qué?- -Pero mamá, solo quiero que juegues conmigo-, -¡Que te hagas para allá, dije!, -No deberías de ser tan dura con nuestra hija, apenas está por cumplir seis años, es una niña aún-, -Pues es tonta, necia, y testaruda- -No sé que es lo que pasa contigo Rosa, pareciera que odias a nuestra hija mayor- -Pues no la odio pero tampoco creas que me siento orgullosa de tener una hija como ella, no es una niña muy buena que digámos, dice pura estupidez, y además vos y yo sabemos la realidad de las cosas- -¡Cállate!- finalicé la discusión.

Llevo casi cinco años casado con Rosa, tenemos dos hijas una de casi seis años y la otra de casi cuatro, aún no entiendo que pasa con ella mamá, odia a nuestra hija mayor, (Si fui a quejarme con mamá), -Mira hijo, yo no entiendo como fue que vos te casaste tan rápido con Rosa, cuando todos sabemos incluso Rosa lo sabe, que amabas a otra mujer y ahora parece que Rosa descarga todo su odio y frustración en esa niña que no tiene la culpa de nada- -¿Pero que podía hacer mamá? Estaba desesperado no sabía que hacer de una u otra manera tenía que olvidar- -Pues sí hijo pero elegiste la manera equivocada, casarte no era la solución, un clavo nunca saca a otro clavo, hijo-.

Salí de casa de mi mamá, triste, bastante molesto conmigo mismo, nunca debí casarme por despecho y dolor, con el paso de los años he aprendido a amar a Rosa pero jamás como a ella, nunca volví a amar a nadie como a ella, y Rosa lo sabe y ahora mi hija Emma está pagando las consecuencias, no entiendo porque mi esposa la detesta tanto si es una niña muy dulce e inteligente, en fin, me dispuse a entrar a la casa, me topé con una escena bastante desagradable, Rosa estaba golpeando a Emma con un cinturón, pero la golpeaba con tanto odio, y la insultaba a la vez, Emma solo lloraba, -¡Ya basta!- grité y mi mujer soltó a mi hija y ella salió corriendo hacía mis brazos, la tomé, la cargué y la lleve a su cuarto, -Ahora hablamos- le dije a Rosa, ella me veía como lobo esperando atacar su presa.

Llevé a Emma a su cuarto, ella lloraba, y cuando la puse en su cama, me dolió tanto ver su cuerpecito totalmente marcado, lleno de morotenes y algunos golpes sangraban un poco, -Papá, ¿Mamá me odia por romper ese vaso, verdad?- Preguntó Emma aún llorando, -No mi amor, mamá te ama- respondí tratando de aguantar las lágrimas, la arropé y traté de abrazarla, ella no aguantaba, le dolían los golpes que mi mujer le había causado, cuando por fin se quedó dormida, me dirigí a mi habitación, y empecé a discutir con Rosa, por goloearla así, -Es que vos no le ponés un alto a esa niña, ¿Ya la viste? Está demasiado gorda para su edad, nadie la va querer y eso es lo que vos no logras ver, hoy rompió un vaso por querer tomar leche, y ella no debe tomar leche- -Por Dios, ¿Por qué no puede tomar leche?, es una niña- pregunté, -¡Porque está gorda! ¿No ves o qué?-

-No le hagas esto a nuestra hija Rosa-, -¿Nuestra? Para mi esa gorda no es mi hija, mi hija es solo Jeniffer, nuestra pequeña hija, ella es tan bonita e inteligente- -¡Ya basta! Deja de traumar a nuestra hija- -¡Qué no es mi hija! maldita sea la hora que acepté esta maldita situación, esa gorda no es más qué- -Cállate, te va a escuchar- la interrumpí.

Continuará...

- Lissbeth SM.

MAMÁ, ¿JUEGAS CONMIGO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora