CAPITULO 8

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Nicolás era bajito, de tez pálida, ojos pequeños y cabello celeste, gruñón y adorable. Todos esos adjetivos coexistían en el hombre. Había algo innegable en la seriedad y el profesionalismo con el que trabajaba, llevaba más de un año conociéndolo, y a pesar de ser un hyung a veces arisco, tenía un buen sentido del humor. En su espaciosa oficina las paredes eran blancas, pero a penas se notaba por la cantidad de estanterías llenas de libros y los archiveros con manuscritos.

Esperé en el sillón donde solíamos ponernos a discutir las correcciones del libro. Me sentía aliviado de que esa etapa terminara.

A mi lado, en el suelo, habían pilas de libros bastante populares a los que les eché un ojo mientras esperaba.

Cuando escuché la puerta abrirse lo puse rápidamente en su lugar.

—Buenos días Zayn, llegaste temprano —dijo Nicolás no más entrar, quitándose la chaqueta y colgándola.

—Sana me dejó pasar, creo que ya se acostumbró.

Nicolás arrugó su nariz en una expresión pellizcada.

—Claro que se acostumbró, si siempre llegas y entras sin preguntar. La pobre siempre viene a pedir disculpas cuando te vas.

—Yo creo que le caigo bien —. Nicolás se pellizcó el tabique de la nariz en resignación, haciéndome reír.

—Paciencia.

Una vez sentados platicamos sobre las ventas durante esas primeras semanas y el aumento de fans en mi redes sociales después de la publicación.

—Creo que deberíamos hacer un sorteo con libros firmados, o incluso hacer una reunión para que los firmes en persona, puedo hablar con los encargados de la editorial y buscar un lugar.

Casi me atraganto con mi saliva. ¿Firmar libros? ¿Yo?

Estaba consiente de que muchos de mis lectores lo estaban pidiendo desde antes de que el libro saliera a la luz. Pero firmar en persona significaba mucho más, si Nicolás lo proponía, era porque me estaba yendo muy bien, mas de lo que esperábamos. Estaba llegando a más personas.

Mi historia, mis personajes; le gustaba a la gente.

—Podemos hablar con los organizadores de la feria anual, suele ir mucha gente, y les gusta invitar a autores jóvenes. ¿Te agrada la idea?

Me lancé encima de su pequeño cuerpo para abrazarlo. Nicolás chillaba para que me quitara, pero me aferre y no lo solté. Finalmente terminó rodeándome con sus brazos y correspondiendo la muestra de afecto.

—Eres el mejor editor y hyung del mundo —hablé con mi corazón.

—Bueno, eso depende de qué te hace un buen editor, yo diría que el editor de Harry Potter es el hombre más suertudo del mundo, el primero en leer toda la saga y más rico que una mierda.

—Nicolás hyung, usted no es fan de Harry Potter.

—Que no me guste animales fantásticos no significa que no me guste Harry Potter.

Solté una carcajada, cogí el libro que estaba ojeando antes de que llegara y le mostré la portada.

—¿Y esto qué es?

Efectivamente, Animales fantásticos y dónde encontrarlos.

—Deja eso mocoso impertinente —me dio una palmada en la mano para que se lo entregara—. Le voy a decir a Sana que ya no te deje entrar a mi oficina sin autorización.

—¡No te atreverías!

Después de discutir sobre la decadencia de J.K Rowling pautamos que las firmas se darían en un mes. Me gustaría decir que me ponía ansioso por los motivos lógicos, como ver a mis lectores y conversar con ellos, pero la realidad era diferente.

¿Los palillos de madera que llevaba en la mochila eran la razón? Puede ser, pero eso solo yo lo sabía.

ROMANCE / ZIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora