HISTORIAS CON ISOTÉRICAS

Segunda Semblanza .- 1942

Un periodista muy adelantado para su era, hacía de una historia normal a una totalmente exuberante y anormalmente creíble.

En el año de 1942 el periodista decidió hacer una investigación a partir de rumores de una tierra desolada por el trigo… los habitantes del área rural, susurraban a sus visitantes de paso que no tomarán el camino de tierra negra a un lado de la carretera, sería un atajo pero también… una perdición instantánea.

El periodista saboreo en ello una historia absoluta que lo llevaría a un ascenso si todo iba bien, cegado por la codicia… marchó hacía aquel lugar, dejando a su familia en casa con últimos cariños, abrazos, y la promesa de un retorno temprano. Al llegar al lugar rural, entrevistó a cada cabeza de familia… incluso a los niños también, pues ellos podían ver cosas que los adultos no se atreverían ni siquiera a pensar. Muchos testimonios y fotos de los lugareños, algunos con rostros deslumbrantes y otros con rostros que… parecían desvanecerse con la luz del medio día.

A pesar de las incontables advertencias de los lugareños, él convencido de que algo como tal no podía existir y que solo los habitantes se dejaban llevar por la apariencia y las palabras al aire, pues se decía que a un lado del sendero de tierra negra, había una choza en la cual habitaba una “anciana” o por lo menos esa era la forma del misterioso ser que se ocultaba debajo de los ropajes, siempre acompañada de un perro de color café y de tamaño semejante a la de un ternero. El periodista se dirigió caminando por el sendero dejándose llevar por las exageraciones de los lugareños que lo identificaban… rodeado por sembríos de maíz, un viento arrasador comenzó a azotar el lugar, moviendo con tal violencia al periodista como otra planta de maíz… al calmar el viento… apareció frente a él, la anciana.

Él de inmediato sacó su cámara, y tomó una fotografía de la señora junto con su perro… pero solo hasta allí. A la semana el periodista fue declarado como desparecido totalmente, pues ni su cuerpo encontraron… sin embargo a los veinte años, un comerciante de antigüedades, recibió una cámara de un viajero fantasma el cual se la vendió por pocas monedas, y desapareció tras cerrar la puerta. El comerciante examinó cada sección de la cámara incluyendo su estuche de cuero reforzado y añejo… en el interior del estuche, encontró un nombre… y a su mente se vino el recuerdo de haberlo leído antes… así que revisó sus periódicos antiguos… y encontró el nombre en un artículo de periodista desaparecido, el mismo nombre. De inmediato contacto con la viuda enviándole así la cámara junto con una carta narrando como había sucedido todo. La viuda con la eterna lamentación desde la desaparición de su esposo, mandó a revelar el rollo que estaba sellado dentro de la cámara… de las siete fotos, solo una tenía imagen, las demás estaban en blanco. La foto de la rareza, ojos rojos y redondos, dentadura tan afilada que no podía ni cerrar la boca, su largos hilos de cabello y sus garras sujetando la correa de un enorme perro con ojos blancos, babeando sangre.