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Las miradas hacía el alfa eran demasiado notorias, pero iba demasiado apurado como para prestarles atención.
Era un tanto irónico ¡llegaría tarde a su propia despedida de soltero! Gracias a cierto niño latoso, o como solían conocerlo, Lucas, su hijo.
El niño no quería ir con su papá alfa por lo cual había echo un gran berrinche, al pobre Changbin no le quedó otra opción más que prometerle que después de comer una rica pizza lo llevaría con su papi.
Pero bueno para nadie era un secreto qué, a pesar de criarlos de tiempo completo junto a Chan, su cachorro era más dependiente de Chan, aunque también su pequeña era muy dependiente a él, eso lo consolaba.
Su padre era el abuelo preferido, y eso no era un secreto para nadie, incluso después de que sus bebés nacieron su relación con su padre mejoró mucho. Al abuelo le encantaba tener a los niños con el, incluso Changbin pudo ser padre de tiempo completo ya que su padre lo suplantó en los primeros dos años de vida de sus nietos.
Pero aún así, no había día en que Changbin llegara más tarde de lo usual que eran las ocho de la noche.
También su empresa creció poco a poco y ganó una gran fama, aunque sabía que aún le quedaban cosas por aprender y camino que recoger. Haberle pedido a Chan casarse con el, y que él omega aceptara lo lleno de felicidad.
Le había dado su muy merecido espacio a Chan, sabía, que aunque Chan lo hubiese aceptado como algo más que "mejor amigo" había un camino difícil por recorrer. Se encargó de acompañar al omega en cada momento de su rehabilitación, acudiendo a terapias.
Dándole su espacio cuando esté lo pedia. Pues sabía que nada cambiaría de un día al otro.
Por suerte Chan logró recuperarse mentalmente, sano las heridas de su corazón y ahora después de 5 años estaba completamente seguro que amaba al gran alfa con el que se casaría. Tampoco llevaba marca, una decisión puesta por el alfa, pues él quería que Chan estuviese totalmente de acuerdo.
Changbin llegó corriendo con respiración agitada al local de pizzas, el que sus amigos habían rentado para su despedida de soltero. En cuanto entro fue recibido por sus amigos, su pequeño cachorro pidió ser bajado y corrió con rapidez hacía los juegos del local saludando a un pequeño de cuatro años, hijo de Minho.
- valla hasta que al fin llegas, ya casi termina la fiesta y tú nada - comenta un sarcástico Jisung.
- hola a ti también Ji -
- Bueno amigo ya estamos aquí, a tomar - decía un muy alegre Minho.
- No, no, le prometí a Chan que no tomaría ni una sola gota de alcohol. -
Los tres rieron, se encaminaron a una mesa cerca de los juegos, donde pudieran vigilar a los niños.
- y bueno Jisung ¿como te fue en nevada? - pregunto un moreno muy curioso, riendo a carcajadas al ver al pálido sonrojarse.
