Capítulo 4

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Hikaru

Llegamos a la cochera y efectivamente eran las llaves de uno de los cientos de autos que había. La cantidad era exorbitante y la cochera era enorme, era como una casa dentro de otra casa. Kokonoi le quitó el seguro al auto e ingresó en la parte del piloto de un hermoso auto blanco, era realmente hermoso. Me quedé mirándolo embobada.

— Se que te gustó el auto pero agradecería que te des prisa.

Pegué un respingo al escucharlo hablarme, y con vergüenza me apresuré a entrar al auto. Lo miré de reojo mientras encendía el auto y lo ponía en marcha. No iba a mentir él era muy atractivo, su porte era hermoso y daba un aura dominante, además la manera en la que iba vestido era tan atractiva, hasta su manera de caminar era linda. Imaginaba que habían muchas mujeres detrás de él, deseando aunque sea que las voltee a ver. Sin darme cuenta lo quedé mirando fijamente, hasta que noté como volteó a verme.

— ¿Qué miras tanto? — dijo seriamente mientras me veía — ya se que soy atractivo así que deja de comerme con la mirada — musitó con una risa socarrona.

Volteé la cabeza violentamente y fijé mi mirada al frente, podía sentir como me comenzaba a sonrojar tal cual tomate, así que mientras me maldecía y recriminaba el porqué me quede mirándolo tanto. No noté que ya habíamos llegado.

— Hey mocosa llegamos, pero antes de bajarte del carro ponte esto, a menos de que quieras salir así — dijo con media sonrisa.

Miré lo que me pasó. Se trataba de unos lentes y una mascarilla, ladeé la cabeza en señal de confusión y él me señaló los golpes de la cara.

— Cierto, lo había olvidado — murmuré.

Me puse los lentes mientras me bajaba del auto.
Comencé a mirar y vi que estábamos en un centro comercial bastante lujoso, todo se veía hermoso, las tiendas que se veían desde afuera se veían tan bellas que me daban ganas de ir y comprar lo que sea que vendieran. Realmente nunca había estado en un lugar así, podía mirar como había bastantes personas que iban y venían. Me emocioné realmente me encantaba este lugar.

— Apúrate o te dejare atrás — dictó el chico.

— Ya voy — dije mientras sonreía.

— Es la primera vez que te veo sonreír — musitó.

— Oh... bueno no creo que quiera sonreír mientras alguien me apuntaba con una arma en la cabeza — dije mientras le sonreía.

— Buen punto.

— Además es mi primera vez en un lugar así, por lo que estoy muy emocionada — dije mientras daba pequeños saltitos.

Él solo se quedó viéndome como si fuera el ser humano más raro de la tierra.

— Dime que es mentira — musitó atónito — como va a ser posible que nunca en tu vida hayas venido a un centro comercial.

Lo quedé mirando. Realmente era posible, bueno estaba yo, nunca había venido a uno ya que... mi vida no era la más fácil.

— Realmente no es mentira — sonreí tristemente— simplemente no tuve la oportunidad y sólo puedo decir que mi padre no fue el mejor además de que él... él me pegaba — murmuré mirando el piso.

Me quise golpear por haberle dicho eso. No entendía porque mi desliz, después de todo apenas y lo conocía. Mientras me recriminaba mentalmente por ser una bocazas sentí como una mano comenzó acariciar mi cabello.

Me quede estática y subí la mirada encontrándome con la mirada de Kokonoi, extrañamente en su mirada se reflejaba algo de tristeza o tal vez pena, pero su expresión seria me hacía creer que me equivocaba.

La Reina de BontenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora