Lake Donovan, es un joven pianista capaz de hipnotizarte con solo entonar unas notas en el piano mientras hace uso de sus magníficos guantes blancos que protegen sus delicadas manos. A lo largo de su vida ha habido una persona que lo presiona a ser...
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Capítulo 1
La consejera estudiantil, la señora Adams, me citó a su oficina. El corazón me latía con fuerza mientras caminaba por los pasillos del colegio. ¿Qué quería ella de mí? ¿Había hecho algo mal? Mi mente se llenó de preguntas, y la ansiedad se apoderó de mí.
Al entrar a su oficina noté que su escritorio era imponente, y su mirada penetrante no me estaba ayudando. Me senté frente a ella, sintiéndome como un niño pequeño en problemas.
—Lake —dijo la consejera con voz firme—, quiero hablar contigo sobre tu elección de ir a Juilliard.
Asentí, tratando de mantener la calma. Sabía que mi expediente estaba lleno de buenas calificaciones, pero tal vez eso no era suficiente.
—Juilliard es una institución prestigiosa —continuó—. No solo buscan estudiantes brillantes, sino también líderes y personas con grandes habilidades sociales. Y esa es la razón por la que te he llamado, necesitas destacarte más.
«Necesitas destacarte más». Esas palabras resonaron en mi cabeza con un gran eco, ¿no es acaso lo que vengo haciendo todo este tiempo? Primero me decían que me mantuviera tranquilo, en bajo perfil y ahora esto..., habilidades sociales... Estoy perdido.
—Te he inscrito en el club de poesía —agregó la consejera—. Félix, uno de nuestros estudiantes más talentosos, lidera ese grupo y aceptó tu ingreso. Además, la profesora de lenguaje, la señorita García, supervisa el club. Creo que podrías aprender mucho allí.
Negaba con mi cabeza con cada palabra que decía la consejera. ¿Poesía? ¿En serio? Mi mente estaba ocupada con mis ensayos en el conservatorio. No tenía tiempo para versos y rimas.
—Pero —balbuceé—, no estoy para esto. Tengo que practicar horas y horas para las internacionales y la beca a la universidad. No puedo sumarme ahora a un club.
Ella sonrió.
—Estamos a inicio del año lectivo, Lake, entiendo tus preocupaciones y no niego que eres un excelente estudiante, pero te serán muy útiles esos créditos extras.
Yo seguía negando, mi descontento era notorio. Tomé mi mochila con la disposición de retirarme de la oficina.
—A veces, las oportunidades vienen en formas inesperadas —dijo tratando de hacer que la escuchara—. La poesía podría enseñarte algo nuevo, algo que no encontrarás en las partituras.
—No lo harán —respondí molesto y poniéndome de pie.
—De todas maneras, ya estás inscrito —me entrega una carta—, comienzas mañana a las 3 pm. Sin retrasos, o me enteraré.
Salí de su oficina a regañadientes con la carta de recomendación en la mano. No necesito esto, tengo cosas verdaderamente importantes, como estar concentrado en las internacionales.