▪︎DÍA 4: MATENRO▪︎

119 17 23
                                    

Miró una vez más el departamento en el que se encontraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miró una vez más el departamento en el que se encontraba. Era pequeño, pero adecuado para que viviera. Tenia todos los servicios y además, el alquiler era barato.

—Bien Doppo, aquí comienza tu vida como adulto independiente.— se dijo a si mismo, dirigiéndose hasta el mueble frente a la cama, donde acomodaría sus cosas.

El resto del día se la pasó acomodando sus cosas, limpiando y acoplandose a su nuevo hogar. La mudanza si que hacía que te diera hambre, por lo que al terminar, su panza comenzó a gruñir.

Aún era temprano, así que seguramente el local de ramen que vio de camino acá, seguía abierto. Se aseguró de traer sus nuevas llaves, su celular y dinero, claro.

La vida de adultos no podrá con él.

        

(...)

        

Okay, quizá si pudo.

La renta se pagó hoy y eso lo dejó sin un solo yen. No tenía ni siquiera para comer, y le pagarían hasta mañana.

Se puso a hacer cuentas, tratando de encontrar la razón por la que se había quedado sin dinero. Y la respuesta no estaba solo en la renta, ni en el pasaje... mucho menos en las cosas de aseo personal.

Todo se iba a la comida.

Diario compraba de comer. Y de desayunar. Y de cenar también. No, si; con razón quedó pobre.

Tuvo que alimentarse hasta el día siguiente, y cuando obtuvo su pago, compró una caja de huevo. Desayunó, comió y cenó huevo toda la semana.

Esto no podía seguir así.

Es por eso que, en cuanto un anuncio de clases de cocina apareció frente a él, llamó inmediatamente para inscribirse, pues temía que a este ritmo, terminara poniendo huevos.

Las clases eran los fines de semana, así que no tendría problemas con que se cruzaran con su trabajo o no lo dejaran llegar a descansar después de este.

Ahora si, esperaba que todo fuera a mejorar.

El primer día de la clase llegó. Ya tenía lista su mesa, o estación como se lo indicaron al llegar. Sus ingredientes, y claro, un mandil. Sólo hacía falta que llegara la profesora.

—¡Buenos días!

O, mejor dicho, profesor.

—Mi nombre es Hifumi Izanami, y para mi será un placer ser su maestro en esta ocasión. Por favor, den su mejor esfuerzo.— dijo haciendo una pequeña reverencia.

Aquel rubio había llamado la atención de Doppo, se veía que era una persona sumamente amable y de la que aprendería demasiado.

Esa primer clase vieron cosas referentes a cortes básicos, funcionamiento de ciertos utensilios y al final hicieron un tamagoyaki.

Entre Rimas y Divisiones - HypMic Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora