O1.

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—Mierda... estás muy estrecho... —Lysandro gimió.

—Ay, no me digas. Obviamente esto sería complicado considerando que nunca lo había hecho. —Un suspiro escapó de los labios de Nathan.

—¿Vas a seguir hablando o vas a dejar que te coja? —Chasqueó la lengua. El piso donde están recostados está frío, pero el cuerpo de  Nathan irradia calor por todas partes y eso frustra considerablemente a Lysandro.

—No, por favor, sigue. —Nathan pone los ojos en blanco, pero su ceño fruncido desaparece y sus labios carnosos forman una "o" cuando Lysandro endurece el agarre en sus caderas— Ah, mierda... —Hace una mueca más y su mano se aprieta al rededor del bicep de Lysandro.

—No me digas que te duele, muñeco. —Dice, burlesco— Tu insististe no ponerte en cuatro.

—Claro, resulta que ahora es mi... ah... —Las uñas de Nathan se entierran en la piel pálida de Lysandro cuando el toca fondo.

—Hijo de puta. —Dice Lysandro, golpeando automáticamente la mano de Nathan.

Nathan está insoportablemente estrecho, y su calor casi marea a Lysandro, se apoya en su codo y respira con dificultad, aun con los dedos enredados en la caderas de Nathan, empuja una vez más.

—Podrías haberme advertido antes. —Sisea Nathan.

—¡Lo siento! —Lysandro levanta la voz, aun mirándolo, intentando concentrarse en moverse lento. Nathan se muerde el labio con fuerza, y Lysandro sonríe con satisfacción ante la imagen. Ha dejado sin palabras a su enemigo— ¿Qué me estabas diciendo?

—Quería disculparme por haber elegido una posición que me permitiera ver la cara de la primer persona en cojerme.

—Claro... —Lysandro exhala lentamente, intentando no blanquear los ojos de placer— Estás tan enamorado de mi.

Una risa divertida escapa de la boca de Nathan, enviando una vibra extraña al cuerpo de Lysandro, una corriente de energía que viaja por toda su columna, haciendolo jadear.

—Ya deja de reírte. —Gruñe con ira.

—¿Por qué? Ha sido lo más gracioso que has dicho desde que te conozco.

—¿Vas a callarte? —Lysandro empuja con dureza. Lo hace con rudeza a propósito, provocando que Nathan jadee contra el cuello de él— Gracias.

—De nada. —El sarcasmo chorreando en su voz.

Lysandro penetra una vez más, el cuerpo de Nathan está siendo más receptivo y dispuesto con cada estocada.

—¿Estás bien? —Cuestiona Lysandro.

—Mjm... —Es la única respuesta que recibe, así que la toma como un completo sí. No dice nada más así que acelera el ritmo, satisfecho.

Sus dedos se aferran al muslo de Nathan y el se aprieta a su alrededor, haciendo que Lysandro jadee y acelere el ritmo.

—Ya sabes lo que dicen... —Habla entre respiraciones agitadas— Si terminas primero, yo te cogí a ti.

Lysandro casi gruñe, ¿tanto le costaba mantener la boca cerrada? Toma con fuerza sus caderas y con sus pechos pegados, da la sensación de que el ritmo de sus corazones van sincronizados. Respira su olor, mientras se mueve más duro y más rápido, y lo único que sale de la boca de Nathan en este momento son jadeos y gemidos, entrecortados y deliciosos.

Las cejas de Nathan están fruncidas, como si estuviera a punto, y Lysandro podía sentir que el calor en la parte baja de su abdomen aumentaba cada vez más de tamaño. Gimen, ambos al unisono, sus mejillas están pegadas pero ninguno dice nada ante la acción que se ve y se siente casi intima.

Enemigos con beneficios. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora