— Sasuke te amo — eran susurró débiles pero reconocí tu voz. En miles de voces siempre reconocería la tuya
— Sasuke gracias por todo — me tomaste de la mano mientras me sonreías. — gracias por cuidarlo — te referiste a tu collar. — nunca te lo dije pero rómpelo... —
— ¿Qué dices? Nunca lo haré — lo dije mientras alejaba tus manos de mi ahora actual collar.
— no me protestes, rómpelo. Así estaremos una vez más, después de tanto tiempo, juntos —
— espérame — intente tomarte el paso pero no pude, eras más rápida que yo
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Después de haberte leído mis 11 cartas tomé el collar que colgaba en una cadena de oro de mi cuello. La piedra era de color blanca tirando a un azul, siempre noté que su medio era hueco pero nunca traté de averiguar el porqué.
Mire por segunda vez tu lápida y luego a la piedra, no quería hacerlo pero si me lo dijiste fue por algo, partí la piedra contra el suelo y espere a que ocurriese algo. No fue mucho la espera cuando siento que una bola de humo blanca me abrazo, por un momento me alerte pero al instante percibí tu olor.
Después de 16 años sin verte ahí estabas. Con tu porte de cabeza alta y tú enorme sonrisa, con tus mejillas rojas y con tu aura de humildad y esperanza. Inconscientemente levante mis brazos y rápidamente me acerque a ti, llegue a notar que no llevaba la misma vestimenta como momentos antes, esta era mi ropa de cuando tenía 16.
De cuando aún estábamos juntos.
Te abalanzaste a mi y enrollaste con fuerza tus brazos alrededor de mi cuerpo. Yo también te abracé con fuerza, te había extrañado.
— después de tanto tiempo, volvimos a estar juntos — dijiste mientas te separabas de mi y ponías tus cálidas manos en mis mejillas.
— te extrañe — fue lo único que llegue a decir, era la verdad. Había extrañado tenerte tan cerca, aunque no era nada real, se sentía como si lo fuera.
— no hay mucho tiempo — hablaste mientras acercabas tu frente contra la mía. — te amo, más que a nada y te agradezco por haberme dejado entrar a tu vida. Nunca estarás solos porque siempre ahí estaré para ti —
— prométeme que cuando sea mi fin ambos estaremos juntos — te mire fijamente. Tu siempre cumpliste tus promesas
— te lo prometo —
No podía desperdiciar el tiempo, esa era mi última vez de verte. Me acerqué lentamente a ti mientras cerraba mis ojos. Después de tanto, volvería a besar tus labios
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Todo había sido un genjutsu...
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Ahora estoy aquí, presenciando la llegada de la primavera al lado de pétalos y mariposas porque esa es tu forma, la forma en cual te manifiestas para estar a mi lado.
Llegó la primavera, una de tantas primaveras en cual ya no te tengo más. Mismas emociones, mismos sentimientos, como la primera vez que la vimos juntos
