3/3

1.8K 278 155
                                    

Harry y Ron estaban en completo silencio. No tenían ni idea de qué decir, porque Luna acababa de dar en el clavo: Confesar su amor, esa era la palabra de alerta.

- ¿Qué ibas a decir, Luna? – interrumpió Harry, intentando que Luna se callara con eso de que tenían que confesar su amor, porque sinceramente no se veía a si mismo listo para eso, y recordando el por qué Draco se había ido en primer lugar.

- Oh... Si. – pareció recordarlo también – Cuando inventan un rumor sobre mí, intento apropiarme de él para que no sea más un rumor y la gente se tenga que inventar algo mejor para intentar molestarme. – dijo sosegadamente.

- Y... ¿Eso que tiene que ver? – preguntó Ron bastante confundido.

Posiblemente en ese momento nadie entendía por qué Luna habría interrumpido la discusión con Draco solo para decir eso. De igual manera, Harry y Ron estaban agradecidos porque hubiera parado, porque ciertamente no sabían que hacer al respecto.

- Lo que quiero decir... - chilló, intentando mantener el inquebrantable semblante indiferente y tranquilo de siempre, aunque claramente estaba irritada porque nadie le había entendido – Es que si me acusan de ser rara de una u otra forma me apodero de las rarezas que la gente me pone encima, y eso deberían de hacer ustedes. – dijo, mirando fijamente con sus saltones ojos a uno y luego al otro - Apodérense de las rarezas que Malfoy les pone, para que tenga que idear algo mejor la próxima vez.

- ¿Qué sugieres? – preguntó Harry a la muchacha, luego suspiró - ¿Qué nos besemos aquí y ahora para que luego Malfoy invente que salgo con otro de los Weasley?

- ¿Hay mas de ustedes? – indagó pareciendo genuinamente sorprendida. Ginny asintió con la cabeza, mientras murmuraba algo parecido a "muchos más".

Harry dejó de poner atención a la conversación de las chicas y miró a Ron, quien desviaba la mirada hacia el piso, evitando mirarlo a los ojos.

- ¿Ron? – murmuró, intentando que le prestara atención, pero en lugar de eso el pelirrojo se levantó de su asiento, provocando una reacción instintiva de Harry de hacer lo mismo.

Harry se quedó parado, muy pegado a la ventana del tren, mientras Ron estaba frente a él, con el rostro muy pegado al suyo y sus dedos índice y pulgar elevando la barbilla de Harry. Arqueó las cejas, como preguntándole que debía hacer, después rio y se separó.

- ¿Qué esperabas, un beso para "apropiarnos de nuestras rarezas"? – preguntó en tono altivo y soberbio en gran medida – Si tanto lo quieres hazlo tú. – bramó, desafiante y una sonrisa de satisfacción que Harry quería borrar de su rostro lo más pronto posible.

¿Era eso acaso un reto? ¿Un reto para Harry James Potter? Después de tantos años de amistad, Ronald debería de haber entendido que no habría un reto que Harry no aceptara y cumpliera. Fuera cual fuera el reto en ese momento, lo aceptaba.

Tomó el cuello de la camiseta de Ron con fuerza y lo puso a su altura – varios centímetros debajo -. En ese momento dejó de existir Malfoy o las chicas que cuchicheaban en su compartimento de tren, en ese momento eran solo ellos dos y la torpe unión de sus labios.

Un impulso, eso era lo que había sido el ir a besar a Ron, pero Harry no se arrepentía en lo absoluto.

Soltó la camiseta y se aferró a su rostro, rojo por la emoción del momento, sintió las manos de Ron tomarlo por la cintura para intentar acercarlo un poco más a él.

Ninguno de los dos tenía la más mínima idea de como besar a otra persona, pero esa era precisamente la magia que escondía tan dulce beso. Los movimientos indecisos de los dos chicos, el latir acelerado de sus corazones y la torpe danza de sus lenguas era lo que hacía el momento tan torpemente hermoso.

Rarezas - RonarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora