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Harry escuchó la puerta del compartimento abrirse nuevamente y volteó, rezando porque no fuera Colin que volvía a molestar.

- ¿Podemos sentarnos? – preguntó la hermana menor de Ron, para el alivio de Harry. Ginny iba acompañada de otra muchacha de aspecto extravagante que Harry no conocía.

- Si. – asintió, y ambas chicas se sentaron.

- ¿Eres Harry Potter? – indagó la chica rubia que acompañaba a Ginny.

- Luna, no seas maleducada. – murmuró la pelirroja.

- Si, soy yo. – respondió Harry riendo – ¿Y tú eres...?

- Luna Lovegood. – se presentó la chica – Estoy en Ravenclaw y voy por mi cuarto curso, igual que Ginny. Me alegro de conocerte. – dijo amablemente.

El viaje transcurrió en silencio, Harry compartió sus caramelos con las dos chicas por cortesía, mientras Luna leía alguna revista que Harry no había visto en su vida – cosas mágicas que él probablemente no conocía porque llevaba menos de cinco años en ese mundo, pensó – Ginny y el chico hablaban animadamente de Quidditch, de los hermanos de la chica y demás.

- Percy es un idiota... - se quejó - Ha hecho llorar a mamá en este verano más veces de lo que yo la había visto hacerlo en toda mi vida.

- ¿Qué pasa con él? – indagó Harry – Ron me intentó contar, pero McGonagall vino por él y por Hermione, así que no pudo terminar de decírnoslo.

- Bueno... - suspiró – Percy ha estado muy distante desde el año pasado que comenzó a trabajar para el ministerio, y honestamente no podíamos vivir sin él... - dijo con una mueca de descarado sarcasmo, lo que hizo a Harry reír también - Pero este verano se puso insoportable con que tu mientes sobre quien-tu-sabes, dice que no hay peligro y que tu eres un idiota que no sabe de lo que está hablando.

- Ugh... Está diciendo lo mismo que el imbécil de Fudge. – bramó Harry.

- Si, es un hombre del ministerio... Y eso no sería malo de no ser porque intenta meternos esas ideas a nosotros, le dijo a Ron que se alejara de ti porque eras una muy mala influencia para él.

- Él... ¿Dijo eso? – preguntó Harry, intentando procesar las palabras de Ginevra.

Después de todo, Harry siempre se había llevado bastante bien con Percy. Podía ser un engreído y algo pesado, pero siempre había tenido la impresión de que el sentimiento era mutuo, pensaba que le caía bien al chico.

Que ahora vinieran a contarle que andaba por ahí diciendo cosas malas – mentiras, además – sobre él ciertamente le dolía. Había empezado a ver a todos los Weasley como su familia, y que alguien que consideraba cercano a un hermano estuviera esparciendo rumores dentro de su propia familia le parecía triste.

Percy necesitaba aprobación, y cuando la de sus padres no fue suficiente se refugió en el ministerio y buscó la aprobación del ministro de Magia. El problema era, como bien había dicho Ginny, que intentara alejar a Ron de él.

- Lo dijo. – afirmó ella.

- Y Ron... - murmuró – ¿Qué dijo?

- Creí que eras un poco más inteligente, Harry... - musitó la chica - ¿Qué son esas preguntas tan tontas? – rio – Obviamente lo mandó a la mierda, como hay que hacer siempre con Percy. Le dijo que era un idiota y que ni loco se alejaría de ti... Ron dijo que te quiere, y que no te dejaría solo nunca. Ron te defendería a muerte, y tú lo sabes.

Una pequeña sonrisa se le escapó a Harry al pensar en lo que había dicho Ron a sus espaldas. Ginny lo notó y rio también, mientras daba un codazo a su mayor.

Rarezas - RonarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora