viaje.

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Volviendo a donde estábamos

Luego de un rato entre llantos y música, volvimos a clase, hasta las 13:00 que por fin pudimos abandonar el establecimiento.

Volví sola a casa, me cociné fideos con queso, y solo recordé a madre con su simpatía y sus ganas de salir adelante a pesar de todo lo malo que nos pasó, y así hasta que me fui a dormir la siesta.

Sonó mi celular, un número que no tenía agendado.

-Hola, ¿me comunico con Mar? – pronuncio un hombre que no reconocía.

-Hola, sí, soy yo. ¿Quién habla? – respondí con incertidumbre.

-Que tal querida, soy Pablo, representante de tu tío Alejandro. Él por cuestiones personales decidió poner una propiedad a tu nombre aquí en Madrid, hace poco se encontraron los testamentos de él. Necesito saber si puede viajar hacia aquí por el tema de papeles.

Me quedé en silencio procesando todo lo que estaba pasando.

Alejando era mi padrino, era el hermano de mi padre, la única persona con la que tuve una muy linda relación, hace un poco más de 4 años falleció, era un gran empresario y representante de futbolistas en España e Italia, no tenía hijos y sus parejas eran ocasionales. Nunca me imaginé que había una casa a mi nombre, no puedo irme pensé.

-Mar, ¿estás ahí? – preguntó Pablo, sacándome de mis pensamientos.

-Sí estoy, no sé si puedo viajar Pablo, estoy trabajando y estudiando acá. Tengo muchas cosas por hacer – respondí yo.

-Hagamos algo, yo pago los pasajes y venís unos días, hasta resolver todo esto, después elegís vos que hacer- me insistió el.

-Okey, hagamos eso. Nos vemos pronto – salude.

-Nos vemos, seguimos en contacto.

Basta, pido un tiempo para pensar en nada, quiero tener la mente en blanco, ahora qué voy a hacer, mi vida está cambiando, ¿más aún? Estoy cansada de todo.

Luego de unos días rutinarios y hablar demasiado con Tomi, llegue a la conclusión de que quizás lo mejor era irme, al menos un tiempo, dejar todo lo que tenía acá para empezar de nuevo, empezar bien.

En los días posteriores hablé con Pablo y organizamos todo para mi viaje allá, y me comunicó que habían muchas cosas por hacer, que no podía decirlo por teléfono. Solo espero que nada sea tan malo como parece venir pasándome.

----- Día del viaje.

Llegué al aeropuerto y despedí a Tomi, el vino conmigo. Tras unos largos minutos de risas y algunas lagrimas mi turno de partir había llegado.

Camine el largo pasillo hasta el avión con susto y un poco de vértigo.

Las horas parecían no pasar, y el sueño nunca llegar, así que leí un libro y puse a sonar callejeros en mis auriculares para hacer más ameno este largo viaje que me esperaba.

Al llegar a Madrid, Pablo me estaba esperando, lo conocí días antes a través de videollamadas que hicimos. Era un señor alto, de ojos muy claros y el pelo negro con algunas canas, por su pinta no parecía tener más de 43 años, aunque nunca le pregunté.

Nos saludamos y conversamos un rato mientras nos dirigíamos hacia su gran chata negra de vidrios polarizados que nos esperaba afuera.

Nos conocimos un poco mejor, hablamos del viaje y de las temporadas que se venían para ellos en la empresa.

-Espero que te guste y estés cómoda - dijo el mientras frenaba la chata al frente de una GRAN casa blanca llena de luces prendidas ya que era de noche.

- ¿Qué? - solo pregunté anonadada de lo que veía.

- Acá está tu nuevo hogar - respondió bajando y dejándome con la palabra en la boca.

Bajé yo y a mis cosas, nos adentramos a la casa y efectivamente ni en mis mejores sueños hubiese planeado un hogar tan lindo, tan iluminado, tan especial.

- Te dejó que conozcas todo, tengo que irme a una reunión, mañana temprano nos vemos - saludó con su mano y se perdió por la puerta negra espejada de la entrada.

Comencé a caminar sin poder creer lo que veía, los cuadros, los adornos, las flores, el patio, la cocina, todo, era espectacular, aún no entiendo nada.

Cada parte era emocionante, era increíble.

Más tarde me fui a dormir, supongo que mañana será un día muy movido.

En la mañana hice mis cosas y Paulo me busco para ir hacia la escribanía.

Al llegar nos encontramos con un gran número de personas, miento si digo que no los conocía, pues me gustaba el fútbol y ellos eran todos jugadores.

- Chicos, ella es la querida Mar, la ahijada de Alejandro - me presentó él.

- Hola un gusto - saludé yo ante la mirada de 5 varones que se encontraban presentes allí.

- Hola es un placer - respondió uno de ellos.

Y así cada uno se presentó.

Seguido a eso, entramos a una oficina.

- Mar, la propiedad efectivamente es parte de su herencia, ahora bien, hay algo más de lo que me gustaría hablar. La empresa de arquitectura estaba al nombre de su tío y su socio Pablo, ante la falta de contacto con usted Pablo debió tramitar todo para la mujer de Alejandro, que ella renunció ya que se casó con otro hombre. Ahora con usted presente, debe aceptar o renunciar a la empresa, aceptando se convierte en la socia forzosa de la empresa y en casa de rechazar esa parte debe ser vendida al estado, perdiendo la mitad y con la menor comisión. - expresó el abogado allí presente.

- ¿Vos que opinas? - le pregunté a Pablo.

- Acepta, trabajemos juntos, no perdamos esto que tanto nos costó conseguir - respondió él.

Y si bien estaba llena de dudas y no sabia ni que iba a hacer, decidí aceptar.

Pasamos un poco más ahí, firmando papeles y haciendo chequeos.

Al salir fuimos a un pequeño bar de ahí cerca, donde conversamos un poco con los chicos, y llamaron contando las novedades, al parecer todo el mundo lo sabía menos yo.

Terminando con esta etapa, nos dirigimos a la empresa, no estaba segura de trabajar ahí, más tarde le diría a Pablo de que todo quede para él. Aun no estoy convencida de qué hacer.

Entramos, me presentó a mucha gente, que ni recuerdo el nombre de todos.

Con el correr de las horas volví a casa, a ver que iba a pasar ahora.

De arquitectura no se nada, en que lío me metí..

Salí a pasear un rato, el gps de mi celular me ayudó a encontrar una plaza, me senté un rato mientras sonaba frente al río de callejeros.

"para darle a lo que siento algún lugar, en tu eternidad" sonaba el pato. .

Giré mi cabeza hacia la derecha, se sentía mucho ruido, a lo lejos vi llegar a un tumulto de gente, entre ellos estaba él . . . era imposible no reconocerlo.

Esperándote; Rodrigo de Paul.Where stories live. Discover now