Que la pases bien.

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Poco a poco se acercaban, entre ellos estaba Giovanni Lo Celso, sé que es él, no puedo confundirlo, aparte lo conozco desde hace años.

Éramos amigos cuando el vivía en Argentina, hace muchos años no se nada de él, perdimos contacto cuando yo tenía 12, desde ahí solo lo vi en las ligas de fútbol y en algunos posteos de Instagram.

Decidí quedarme sentada ahí, mirando el libro que tenía en la mano, deseando con todas mis fuerzas que no me reconozca, que se haya olvidado de mí, no quiero llegar acá trayendo todo el pasado que deseo soltar.

Él y su grupo de acompañantes pasaron por frente mío, intercambiamos mirada lamentablemente, y mi solo pude pensar en irme, en abandonar mi sitio.

Giovanni me dio un cálida sonrisa sin mostrar los dientes y saludó con una de sus manos, acto que yo devolví temblando de pie a cabeza. Se acercó y me depositó un beso en mi mejilla, dejando a su grupo atrás sin entender mucho.

- Hola Mar, como estas? como estuviste? tanto tiempo - dijo él sin soltar mis manos.

- Hola Gio, acá estoy bien - respondí y reí tímida.

- Vengan, ella es Mar, una amiga de Argentina que hacía años no veía - me presentó él.

- Leandro - habló uno, y me dio un beso en la mejilla.

- Rodrigo - habló otro imitando a su amigo.

- Nicolás - expresó el.

Y así unos más.

Los chicos se fueron más alejados y quedamos solos con mi ¿amigo? .. no lo sé.

- ¿Qué es de tu vida? ¿Qué andas haciendo acá? - me preguntó.

- Vine a hacer unos papeles, Alejandro falleció hace unos años y quedaron cosas a mi nombre y tuve que venir, ¿Qué es de tu vida? - comenté.

- Lo siento no sabía nada - dijo él tocando mi espalda.

Hay tantas cosas que no sabes Gio, como que mamá ya no nos va a poder preparar más la chocolatada con budín de pan los fines de semana, o que ya no nos va a acompañar a acampar en diciembre.

Sonreí de lado y miré sus ojos, que lindo que estaba, cuanto crecimos.

- ¿Y hasta cuando te quedas? - interrumpió él.

- La verdad no tengo idea, llegué ayer, pero espero irme en un mes o un poco más, no creo quedarme mucho - respondí ocultando mis planes de vivir aquí.

Seguimos hablando un rato más hasta que tuve que irme porque ya era tarde y estaba demasiado cansada, estaban pasando muchas cosas inesperadas y que no sabía como enfrentar.

- Bueno Gio, me voy a ir, tengo mucho por hacer, fue un placer volver a verte - dije acomodando mi campera.

- Espera, déjame tu número, hagamos algo en estos días si estás libre - me frenó él.

Le di mi número, nos despedimos y emprendí el camino de vuelta a mi hogar.

Al llegar me acosté y me dormí profundamente.

En el día siguiente hablamos seguido con él y quedamos en salir mañana, viernes por la noche.

El día de la salida había llegado, estaba bastante indecisa sobre qué ponerme, y sobretodo que hacer, que decir. Giovanni pasaría por mí con su grupo, ya que yo no conozco a casi nadie acá.

Luego de un rato me decidí por un vestido negro, sandalias de taco y un maquillaje sutil, aunque con labios oscuros.

Pasado un rato ellos llegaron, tocaron el timbre y salí.

- Hola, soy Rodrigo – dijo él.

Sabía quién era, veo los partidos de la liga española, y días anteriores Giovanni ya nos había presentado. Aunque no quería quedar como una loca maniática, así que me hice la desentendida.

- Hola, soy Mar – respondí dejando un beso en su cachete.

(Qué lindo es) pensé.

- Gio me dijo que venga acá, ellos llegan en un rato porque pasan a buscar a una amiga. – dijo rompiendo el incómodo silencio que se estaba comenzando a formar.

- Pasa, pasa, no hay problema, los esperamos acá si te parece – atiné a responder.

Él se dirigió al interior de mi casa, uf que raro suena decir eso.

- ¿Queres tomar algo? – pregunté mientras él se sentaba en aquel largo sillón color negro.

- Lo que vos quieras está perfecto – respondió tímidamente con su voz tan particular.

- ¿fernet? ¿preparas? – sonreí mientras buscaba las cosas.

Deposité las cosas en la mesita que estaba al frente del sillón y me senté frente a él.

Vi detalladamente sus brazos, llenos de tatuajes, la camisa blanca que tenía puesta dejaban al descubierto esta parte de su cuerpo y un poco de su pecho.

Su mandíbula se tensó al momento en el que iba a probar aquel trago por él preparado.

- Proba – me dijo mientras me pasaba el vaso.

- Muy rico – le respondí mientras el soltaba una pequeña risa.

De fondo sonaba un tema del indio Solari, y vi como movía sus labios al compás de la letra de la canción

- ¿Buen gusto musical, Rodrigo?

- Es imposible que no.

Mantuvimos cortas conversaciones sobre temas randoms.

Le pasé el vaso a Rodrigo y nuestras manos se tocaron, por lo que ambos levantamos la mirada de lo que estábamos haciendo, para encontrarnos en un segundo y mantenernos en silencio.

Cada facción de su cara tenía algo especial, sus ojos tan chiquitos, sus labios completamente cerrados creando una armonía desesperante, y su pelo cayendo sobre su frente.

Ambos quisimos hablar, cuando sonó el timbre, indicando que alguien había llegado.

- Eh, voy a abrir - dije saliendo del trance en el que había entrado por aquella extraña situación.

Me levanté de mi lugar bajo la atenta mirada de mi acompañante.

Abrí la puerta y me encontré con Giovanni y su grupo de amigos.

- Llegamos - dijo él mientras dejaba un beso ruidoso en mi mejilla.

- Pasen, pasen - respondí haciéndome a un lado y recibiendo besos de todos los que entraban.

Estaban Leandro, Giovanni, , Cristian, Nicolas y una chica, una tal Morena.

Al entrar se encontraron con Rodrigo y se pusieron a hablar, mientras que con Morena nos sentamos juntas y comenzamos a conocernos.

Era una colorada alta, con un carácter un poco fuerte, aunque aún no la conozco muy bien. Igual me sirve tener a alguien de este lado, no me siento tan fuera de lugar.

AL cabo de unas horas salimos hacia el boliche al que iríamos, yo viajé con Gio y Rodrigo en el auto de este.

- ¿Y vos, tenes novio? – preguntó Giovanni mirándome a mí que venía en la parte de atrás sentada.

- Eh, no, no tengo. – me reí.

- Otra soltera para el grupo – respondió Rodrigo y ahora ellos se rieron y no entendí muy bien la razón.

Al llegar Rodrigo me abrió la puerta del auto y me dio la mano para bajar.

Mientras acomodaba mi vestido él se puso al lado mío

- Que la pases bien – dijo mientras se encaminó un poco más adelante.

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⏰ Last updated: Oct 22, 2021 ⏰

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Esperándote; Rodrigo de Paul.Where stories live. Discover now