Capítulo 1

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19 de octubre 2020

Muertes en los pasillos, cada vez peor, cada vez más cerca. Ya estoy harta de esto, debo encontrarlo.

**Meses atrás**

15 de abril 2020

Los policías entraron a la escuela, llevaron sus armas, en caso de que el atacante tuviera una. Estaba asustada, y todos a mi alrededor también.

Un estudiante de 9no grado fue encontrado en uno de los pasillos de la escuela. Se encontró desangrado, con golpes en el cuerpo, y en la cara.

[Este iba a ser el primer caso de muchos]

Una chica de 10mo grado lo encontró tirado en el suelo en ese estado. Gritó muy asustada, temblaba y lloraba. Todos los que estaban alrededor se acercaron al escucharla gritar. Cuando llegaron, vieron a Álex, un chico de 15 años, muerto, en aquel pasillo. Una de las profesoras vio al chico tirado, con asombro y susto, sin pensarlo dos veces, llamó a la policía. De los presentes estaba yo. [Lía 18 años, último grado] y otros 10 estudiantes. No podía ocultar el asombro que tenía; era claro que entre los que estábamos, nadie había sido, entonces ¿Quién pudo ser?
Llegaron a inspeccionar el lugar, nos sacaron, e hicieron un simulacro. Una vez todos fuera, nos reunieron por grados.

-Chicos, por favor acomódense, no podemos estar hablando en una situación así. Por favor, hagan silencio -Nos replica la profesora Karen, una profesora muy querida. Pero aún así, sigue siendo estricta.
Todos hablan sobre lo que acaba de pasar; estoy mordiéndome el labio inferior y viendo hacia abajo, estoy empezando a sentirme mal, muy mal, ojalá y nada de esto pase en el futuro.

-¡Oye! ¡Pss!- Escucho a alguien llamándome, volteo para ver quien es, y me encuentro con Milli- ¿Quién crees que haría esta atrocidad? -su rostro mostró disgusto, y su mirada ya no iba hacia mi, sino hacia la profesora Karen.

-¡Señorita Milli! ¿Qué acabo de decir? ¡Silencio por favor!

-Si señora-. Le di una señal de silencio, no quería escuchar más regaños.

-Atención estudiantes y maestros. Hemos hecho un simulacro de emergencia por los hechos que recientemente sucedieron, les agradecemos su atención. Mantengan la calma, respiren hondo, pronto todo se resolverá.

Poco después de que el director de la escuela diera ese anuncio, rápidamente salieron los policías de la escuela a avisar, uno de ellos tomó el micrófono que estaba usando el director.

-No hemos encontrado pruebas suficientes para incriminar a alguien, sean pacientes. Si no logramos encontrar pruebas en la próxima hora, deberán guardar la calma, e irse a sus casas, pues no sabemos quien pudo haber hecho esto, y tampoco estamos seguros de si se quedará cerca para cometer otro crimen.

Finalmente, se fueron, a revisar una vez más la escuela, y encontrar pruebas. No había cámaras de seguridad, por lo que no podrían saber de una vez por todas quién era el que había cometido ese asesinato en nuestra escuela. Por un momento sentí la mirada de alguien a mis espaldas, no volteé, pensando que era Milli; no le di mucha importancia.
El director dio el anuncio y no volvió a pronunciar ni una sola palabra. Todos a mi alrededor susurraban y especulaban sobre quién pudo haber hecho eso. Pero al parecer nadie pudo encontrar respuestas, por las caras de asombro que tenían.
Los policías volvieron luego de 20 minutos, el que anteriormente había tomado el micrófono, lo tomó de nuevo, y esta vez, dijo algunas cosas importantes.

- Aunque no hemos podido encontrar muchas pruebas, encontramos una nota cerca del chico, no tiene firma, pero, creo que fue puesta allí para que todos se enteraran. Dice lo siguiente, "Ninguno se escapará de mi, no podrán encontrarme, no podrán conmigo, nunca sabrán quién soy"

El policía no parecía muy contento al leer eso, ¿Quién estaría contento de eso Lía? - Aparte de la nota encontrada, hemos decidido llamar a la madre del chico, Álex, queremos pedirles que, por favor nos pasen en número telefónico de la madre de este joven-. El policía entregó el micrófono y le pidió a la secretaria del director el número telefónico de la madre de Álex, ella asintió, y regresaron a la escuela, entraron, y los perdí de vista.

Minutos después, el policía y la secretaria salieron de la escuela, el policía parecía absorto en sus pensamientos, no alcanzaba a ver del todo bien, estaban muy lejos para descifrarles sus rostros. Se fueron acercando poco a poco a nosotros, tomó una vez más el micrófono del director que yacía ahí, sin nadie quien lo sostuviera; con dificultad, habló.

— Hace un rato llamé a la madre de Álex, viene en camino. A lo que llega, les pido a aquellos que fueron amigos y compañeros de Álex que se mantengan firmes en estos momentos, y que lo siento mucho por su pérdida.

Luego de su pequeña charla, un carro rojo deportivo llegó, todos giramos a ver quién era. De éste salió una señora y un chico, corrieron hasta donde estábamos todos, aquella señora de cabello castaño corrió hasta el policía, y empezó a gritar. 

—¿Dónde está mi hijo? ¿Qué le pasó a mi hijo? — Aquella mujer lloraba desconsoladamente, mientras el policía parecía haberse disculpado. Ella se derrumbó en el piso.—¡Quiero ver a mi hijo!— ordenó, el policía asintió. El chico que la acompañaba estaba sorprendido, pero algo me hacía sospechar de él, no era completamente real aquella mirada sin rumbo, aquella que no tenía punto fijo. Una mirada que no expresaba tristeza, ¿Quién sería este chico?

La señora entre llanto y llanto, entre lágrimas y gritos siguió al policía, que le advertía que su hijo estaba en mal estado. Por consiguiente, ella asintió. Se la veía mal, su cabello ya no estaba en una coleta, su piel cada vez se puso más roja ante la presión que ejercían sus pulmones al gritar y llorar. Aquel caminado no era firme, estaba prácticamente obligándose a ver a su hijo por una última vez. 

Había un silencio profundo, algo que normalmente no sucedía mucho, el silencio en un área llena de personas. Entre tanto silencio, aquel grito femenino, llamó la atención de todos, cuando la madre de Álex gritó, lo único que podía hacer era sentir el temor de perder a un hijo, así como yo había perdido a mi hermano, así mismo como perder a alguien importante en nuestras vidas, ese sentimiento es desagradable, y muy fuerte, sientes un vacío indescriptible, y deseas que aquello no le hubiera pasado a esa persona, sino a ti, te preguntas y te preguntas "¿por qué a él?" "¿por qué no a mí?" Me llené de lágrimas en solo pensar como estaría la madre de Álex al verlo en el suelo con moretones. Me sequé las lágrimas e intenté no pensar más en ello, en ese sentimiento; me imaginaba a la señora tirada en el suelo, gritando, llorando y sintiendo un vacío en ella, aquel chico con mirada fría, no alcanzaba a escucharlo llorar, ni gritar, ¿Acaso eso no es raro? Poco después vi al policía salir, a la señora y al chico, vi detenidamente al chico, su expresión, en ella, sus ojos se veían rojos, como de alguien que estuvo llorando, pero no había temor ni mucho menos tristeza en aquella mirada, ¿Quién era? Era lo único que me podía preguntar.


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⏰ Última actualización: Jan 08, 2022 ⏰

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El asesino entre tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora