Una vez más

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En medio de un vasto vacío lleno de puntos brillantes, se pueden ver a miles de seres hechos del mismo vacío. Siendo solo diferentes entre sí por su forma corporal y por la cantidad de esferas coloridas que en su interior parecían contener una galaxia en constante expansión.

Y entre tantos seres cósmicos, podemos ver a dos apartados del resto, al parecer tenían alguna clase de conversación; uno de ellos  con forma infantil, con once esferas a su alrededor y un cuaderno flotando junto con una pluma que se mantenía en constante movimiento de escritura. El otro, con apariencia de hombre sabio, con 9 esferas a su alrededor y con hojas de papel volando a su alrededor.

¿Estás seguro de esto?- Fue la pregunta que el ser infantil le hizo a su compañero.

Por supuesto, no hay mejor persona para cuidarla que tú... Aunque también fue porque tu me la pediste primero.- El ser infantil se mostro avergonzado por la última parte, aunque de inmediato se tranquilizo al ver como su compañero sacaba una esfera como las que todos tenían a su alrededor, solo que esta era rara; se mantenía en movimiento, pero cada vez que llegaba a un punto se reiniciaba y se podía ver que tenía algunas rajaduras.

Jamás entenderé como los que dicen amar esto, le pueden causar tanto daño.- Dijo esto el ser infantil mientras tomaba la esfera de las manos de su amigo.

Sabes lo que pasara una vez que yo la vuelva una de las mías, ¿verdad?- El sabio pareció pensarlo un instante y parecía dudar de entregarla, pero al final solo asintió y fue testigo de como el ser infantil destruyo entre sus manos la esfera y la volvió solo polvo.

Supongo que es momento de empezar esto desde cero.- Dicho esto, el ser con forma infantil tomo todo el polvo en una de sus manos y con la otra arrancó una hoja de su libreta, y después las convino. Esa acción dio lugar a una nueva esfera, la cual inmediatamente comenzó a flotar alrededor del ser.

No te preocupes, la dejas en buenas manos.- El sabio solo asintió a las palabras del ser y después de eso, se fueron con otro grupo bastante numeroso de otros como ellos.

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-Comenzamos-

-Narra Narrador omnisciente-

-Ciudad de Kuoh, Academia Kuoh-

Podemos ver como en un edificio que parecía estar abandonado, dentro de uno de sus salones, se encontraba un chico pelicastaño con dos flecos y dos pequeñas colas de caballo, de ojos marrón. Él cual estaba colgando algunas decoraciones de madera, aunque por lo mucho que tardaba en hacerlo, se podía notar que no estaba concentrado en su trabajo.

¡Estúpido!- Esas palabras resonaban en la mente del chico y cada vez que lo hacían, la figura de una hermosa chica pelirroja de ojos azules se presentaba.

Ya debería estar acostumbrado a que me digan de esa forma, pero cuando la presidenta me lo dijo esta vez, realmente me sentí como un verdadero estúpido.- Fueron los pensamientos que tuvo el chico, pero debido a esto, término golpeándose el dedo con el martillo. Provocando que gritara tan fuerte, que dos chicos rubios; uno alto de ojos grises y con un lunar cerca del labio. El otro bajito, de ojos rojos sangre y vestido con el uniforme femenino de la academia. Fueran a ver que le había pasado.

¿Estás bien, Issei?- Fue la pregunta que hizo el chico bajito mientras veía el magullado dedo del castaño.

Si, no te preocupes Gasper. Aunque creo que debería irme a casa a descansar, la verdad no me encuentro con la cabeza en esto.- Fue la respuesta que Issei le dio a su amigo.

No te preocupes, tu ve a casa y descansa, Gasper y yo nos encargamos de terminar la sala.- Fue lo que dijo el chico alto mientras tomaba el martillo y comenzaba a colgar los adornos.

El prodigioso dragón rojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora