Porque me gusta tu sonrisa, no es tiempo de decírtelo.

No me había dado cuenta de que el es realmente apuesto, ha sido mi mejor amigo durante años, desde que tengo memoria, pero últimamente el luce... diferente, me ha llamado la atención su sonrisa; esa que yo creía que era solo para mi; al parecer no es así, él tiene cada vez más personas a su alrededor, es simpático, atractivo, inteligente, ¿cómo no se rodearía de un montón de amigos?.

Las chicas especialmente le han tomado un gusto especial, antes en secundaria o primaria no era difícil alejar a las niñas con una mirada desagradable de mi parte o algo parecido, pero las chicas en la preparatoria parecen tener garras que se aferran a su presa. Poco importa, ya que yo tengo algo que ellas no, su amistad, su compañía diaria, yo puedo verlo siempre que quiera ¿no? ¿yo puedo hacer que esa sonrisa nazca? ¿puedo mantener esa sonrisa? Si, yo puedo.

Se ve tan feliz ahora, riendo con personas que para mi son desconocidos.

Tal vez debería ser un poco más social solo hay que mirar la diferencia entre nosotros, el tiene una mirada gentil, un cabello que siempre se ve perfectamente desordenado, ahora es rubio (descrito vulgarmente) es mas bien de un tono dorado cual miel y ojos grises como un par de espejos, es un ser sumamente encantador, a diferencia de mi, yo soy ¿cómo describirme?, soy un poco brusco, mi mirada realmente asusta (o eso es lo que dicen) , tengo el cabello negro y es corto pues llevarlo largo me incomoda , además, él dice que me luce bien o quizá solo trata de ser amable, en cualquier caso, nunca olvidare la primera vez que lo vi, en aquel entonces se veia en nosotros en lo que  nos convertiriamos, él en un apuesto hombre y yo seguiria mas o menos igual pero ahora replazando con musculos mis escualidos brazos, la primera vez que lo vi... es de hecho una linda historia.

Él se mudo a la casa continua a la mía, ahora que lo pienso detenidamente el era endemoniadamente lindo e indefenso, por ese entonces, siempre andaba agachando la cabeza con su cabello rubio y ondulado que aun así le llegaba hasta los hombros, era muy tímido y delicado, yo por otra parte corría y me caía siempre (recuerdo que mi madre siempre dijo que no era un comportamiento apropiado), jugaba en todos lados con cualquier cosa por el tiempo que esta mantuviera mi interés despierto y nada llamó más la atención para mí que algo que a pesar de no ser un objeto pareciera tan frágil, siempre pensé que se rompería en mis manos, la primera vez que jugué con él me sorprendió con la facilidad que pude lastimarlo, me asuste pero a pesar de que yo lo lastime y las lagrimas rodaban por su rostro él me sonreía como un tonto...
Tal vez así comenzó todo.

Jamás me di cuenta de lo que sentía, ¿cómo fui a ser tan estúpido, tan irrazonable? ¡el cuidado que tengo hacia él no es no normal! ¡No lo es! ¡No hay manera de que lo sea!

-¿Hola? Siempre estas en la luna ¿no? Perdón por hacerte esperar - murmura la ultima parte sonriendo timidamente

-Esta bien de todas maneras vamos por el mismo camino ¿ya terminaste de hablar con tus amigo?- le dije mientras me levantaba de la banca en donde estaba sentado

-Si, tu también deberías de conseguir más amigos ¿no lo crees?

Fruncí el ceño y es que realmente ¿cómo no se daba cuenta de lo que sentía por él?.

-¿Más amigos? ¿Para qué? Ya te tengo a ti ¿no?

-¿Realmente es suficiente conmigo?

-Es más de lo que merezco.

—Me hace feliz escuchar eso. Aunque no sea verdad mereces todo lo bueno de esta vida, eres genial —sonrió como siempre y corrió, después se dio la vuelta y dijo— por eso me gustas.

FIN