Tercera parte: Si tan solo sintiera lo mismo.

104 5 1
                                    

Si tan solo sintiera lo mismo que yo.

Fue lo más increíble del mundo despertar con su olor a la mañana siguiente, su ropa desprendía un aroma tan maravilloso, como de costumbre, pero ahora lo tenia puesto, en mi piel se quedaba el perfume de su ropa, que a pesar de estar limpia olía a él.
Había despertado temprano, para verlo dormir, no se quedaba quieto mientras dormía, se iba a la cama de una manera y despertaba de cabeza o en el suelo, era muy gracioso, su rostro es maravilloso en muchos sentidos, sus rasgos tan masculinos, él siempre era tan varonil, su mirada intensa, siempre te miraba directo a los ojos, eso me gusta de él, su cabello corto estaba echo una maraña, a pesar de el largo de éste siempre estaba hecho un desastre por las mañanas y lo mas maravilloso es que aun me quedaban unas semanas de este bello espectáculo.

Me había enamorado de él desde la primera vez que lo vi, nos habíamos mudado, una vez más y yo ya era demasiado tímido, las mudanzas continuas no me hacían bien, me costaba mucho hablar y para cuando podía hacerlo, ya era hora de irnos de nuevo, nunca jugué mucho, no solía salir , era pequeño, escuálido y pálido, cuando lo vi solo pude pensar que me gustaría ser como él; él andaba de un lado para otro corriendo y cayendo sin parar y apresar de que sus heridas sangraban, a el no le importaba y seguía saltando y jugando cuando se acerco a mi y me tomo de la mano y llevo corriendo para jugar hizo que saltáramos de un lugar muy alto y ambos caímos aunque yo me asuste y lloré; al ver su rostro de preocupación sonreí y me di cuenta de que era lo mas divertido que había hecho, a partir de entonces, no podría mirar a nadie más, él era a quien yo amaba, mi mejor amigo y sin duda con quien yo quería pasar toda mi vida.

Él siempre cuidaba de mi, como un hermano mayor, siempre me trataba con cuidado y eso solo hacia crecer mas y más mi amor.

Me sentía culpable por tener todos estos sentimientos hacia él, ya que solo me veía como su amigo, gracias a él pude ser mas sociable, conversaba con más personas, aunque el seguía siendo mi único amigo, y yo el suyo; él siempre es muy distraído y no habla con muchas personas solo conmigo y unos cuantos pocos más pero solo si era absolutamente necesario.

Al crecer, me di cuenta de que el se hacia cada vez más y más apuesto, sus músculos tomaban forma, mientras que yo seguía igual de delgado y pálido, y que decir de su rostro sus rasgos cada vez mas marcados y juraría que se hacia más apuesto a cada minuto, podría observar su rostro todo el día, podría observarlo sin cansarme mientras pintaba, era cuando su rostro tomaba esa seriedad, gracias a la concentración que era poco habitual en el pero no menos atractiva y me hacia más feliz el hecho de que ese rostro era solo para mi. Entre más crecía y mas sabia acerca de la vida, sentí una necesidad de ser tocado por el, sus manos eran grandes y yo ansiaba su toque, cada vez que rozaba su mano accidentalmente (o no tan accidentalmente) no podía parar de pensar en todas las cosas que me gustaría hacer con él y que no sucederían jamas.

Si tan solo sintiera lo mismo que yo.

Porque me gusta tu sonrisa, no es tiempo de decírtelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora