VIII

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Después de las clases Sasuke se dirigió a su departamento.

No quería pensar en nada, por lo que decidió seguir con su boceto.

Los sentimientos que decidió transmitir terminaron siendo tres.

La elegancia, el anhelo y la nostalgia.

La mirada de Sai transmitía el anhelo que comenzaba a sentir, pero su expresión siempre parecía estar decaída, al punto de parecer nostálgica.
Pero la elegancia era algo que lo caracterizaba aún más que su semblante nostálgico.

Decidió comenzar a trazar los últimos detalles en el retrato.

Al momento de dibujar o pintar Sasuke se perdía completamente, era como si viajara a otra dimensión, se sentía cálido poder hacer lo que le gusta; aunque no siempre estaba satisfecho con su trabajo, pues por mucho esfuerzo, dedicación y pasión que le ponga a lo que hace no siempre las cosas saldrán a la perfección o a la primera.

Es por ello que amaba el arte, porque a pesar de que no todo lo que hacía era "perfecto" lograba transmitir tantas cosas, lograba capturar la esencia adecuada de los detalles y podía demostrar que las cosas aunque no sean perfectas son hermosas y con un valor único.

Sonrío mientras movía el lápiz, trazando líneas que poco a poco le brindaban más detalles a su dibujo.

Al terminar se sintió satisfecho, ya solo le faltaba encontrar la flor adecuada para poner de fondo y terminar por completo su boceto.

Aún tenía unos cuantos días para entregarlo, por lo que podía escojer con calma.

Se dirigía a su cama para recostarse cuando sintió una gran punzada en su pecho, seguida de otra más en la cabeza.

Se detuvo de golpe al sentirse mareado y a los segundos pudo sentir que vomitaría.

Intentó calmarse, respirando profundo para alejar las náuseas repentinas, y cuando lo logró soltó un suspiro aliviado.

--. ¿Qué mierda fue eso?.- se dijo a sí mismo.

Instantes después volvió a sentir el agudo dolor, aunque esta vez duró más y con cada segundo que pasaba sentía que el dolor se hacia más fuerte llegando al punto en que sus piernas temblorosas terminaron por ceder ante su peso y cayó de rodillas.

Sus ojos se cristalizaron ante el dolor, apretaba sus manos sobre su pecho en un vago intentó por aminorar el dolor, pero este no se detenía.

Pasaron largos minutos antes de que fuera disminuyendo hasta que no sintió más dolor.

Se levantó y fue por un vaso con agua, sentía su garganta seca y los estragos del dolor intenso.

"Talvez tanto esfuerzo está comenzando a pesar."

Pensó mientras regresaba a su habitación

Finalmente pudo dirigirse a su cama para recostarse y  dormir.

Mañana empezaba el fin de semana, lo que significaba que tendría que ir a trabajar.

Mañana empezaba el fin de semana, lo que significaba que tendría que ir a trabajar

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