Odiaba el silencio, o más bien, la ausencia de él, pues aunque el mundo se hiciera mudo para ella, en su cabeza siempre resonaba una voz que lejos de acompañarla, la atormentaba.
Ya no recordaba lo que era intentar vivir sin que su mente la golpera con la culpa, el miedo, la vergüenza o la tristeza.
Pese a todo, ella no creía que el problema estaba en su mente, ella veía la raíz de sus problemas reflejados en cada espejo con el que se cruzaba, en cada mirada de desaprobación o repulsión, en cada comentario despectivo que le lanzaban, con razón, según le decía su voz interior.
Había intentado ponerle solución mil y una veces de todas las maneras que jamás podrías imaginar. Había intentado aniquilar todo lo que la sociedad no paraba de repetirle que le sobraba, hasta al punto de que, agotada, creyó que la que sobraba, en definitiva, era ella.
Se escondió. Perdió su voz. Perdió momentos de diversión. Perdió parte de su ya no tan joven vida escondida en su interior. Creyó merecer cada rechazo, cada abuso, cada maltrato, cada injusticia con la que se encontró...
Ella se sentía sola, incomprendida. Aún buscaba ponerle solución, cambiar ese molde en el que estaba atrapada. Ella sabía que podía ser lo que todos desearían tan solo si la pudiesen ver sin aquello que la oprimía.
Pero un día alguien le enseñó que su cuerpo no era una prisión, que el problema no estaba en eses espejos si no en aquellos pensamientos que le habían metido desde bien pequeñita en la cabeza. Por fin comprendió que la que tenía que cambiar no era ella.
El mundo seguía siendo el mismo, igual de cínico, superficial, opresor... Pero ella ya no era la misma, ahora lucharía por volver a encontrar su voz y el amor propio que, desde un primer momento, aún cuando cumplía los cánones que se le exigían, se le arrebató.
...
Se miró al espejo, respiró profundamente, y pensó... '¿Cuánto engordaré por comerme el mundo?'. Soltó una carcajada y salió de su habitación.
Su niña interior seguía albergando heridas pero poco a poco comenzaban a cicatrizar para dar paso a la mujer que, sin saberlo, siempre soñó ser, sin importar sus medidas.
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A través de mi espejo
Short StoryEsta es mi historia. Pero no es solo mía. Es la historia de miles de mujeres que se ven atrapadas en sus propios cuerpos porque la sociedad insiste en hacernos creer que no son suficientemente válidos, suficientemente bellos. Rompamos con la norma e...