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Extra🌙

Un año y siete meses después.

Noviembre, otoño.

Sus pies se enrollaron con las piernas de Harry, buscando calor. Se estiró, estirando las sábanas también, destapándose él mismo. Harry, sin poder abrir los ojos, pero consciente, estiró su brazo hacia atrás para taparlo. Las orejas de Louis estaban frías, y la punta de su nariz también, la cual rozó con uno de los omoplatos de Harry. Luego, también su frente, y trató de esconder su cabeza. Subió más el edredón. Harry se dio la vuelta y pasó un brazo por detrás de la cabeza de Louis, abrazándolo con el otro.

—La alarma sonó hace un rato—susurró Harry.

—Mmm —se quejó Louis.

—Volverá a sonar.

—Pues dejala.

—Debemos levantarnos —dijo, sin ganas. Louis no contestó, demasiado dormido— ¿Quieres cerrar los ojos hasta que suene devuelta? —preguntó.

—Mmm, me parece bien —respondió, y lo abrazó un poquito más.

Los cinco minutos en los que se dejaron caer, parecieron una eternidad. Cuando Harry abrió los ojos por el ruido de la alarma, creyó que se habían dormido. Estiró el brazo y la apagó. Ahora estaba más despierto. Con una gran fuerza de voluntad, trató de despabilarse, refregando un poco sus ojos y dejando salir un gran, gran bostezo. En sus brazos, Louis dormía serenamente. Harry sonrió un poquito, y se acercó, dejando un beso en la punta de su nariz, que ahora, ya no estaba fría.

—Oye, dormilón, ahora ya si es hora.

—Mmm, no.

Le dio otro beso, pero ahora en la mejilla.

—El álbum no se va a grabar solo, amor —Louis no emitio sonido ni movimiento alguno. Harry le dio un besito en sus labios ahora, y provocó una sonrisita de Louis —. Traeré té y galletas, y subiré la calefacción, ¿si?

Louis asintió. Harry sonrió.

—Bien —le dejó un beso en la mejilla.

Harry se levantó y Louis sintió el frío que dejó cuando se fue. Se abrazó a él mismo. Largó un gran bostezo y eso fue señal para comenzar el día. Por fin abrió los ojos. Se sentó en la cama y se estiró para tomar un suéter que se había sacado anoche, en los pies de la cama. Se abrazó nuevamente y refregó sus ojos, pintado su iris un poco de gris entre el azul, por la oscuridad y el sol ausente.

Divisó su habitación; tan distinta a los últimos meses. Mientras más habían pasado, más se llenaba de cosas, y de vida. Frente a él, ahora estaba la guitarra. Ya no no se encontraba en una esquina, casi escondida, detrás de su perchero. Ahora estaba en un soporte, el cual le había regalado Harry hace ya un año. También, estaba el espejo frente al cual entró en crisis hace casi dos años, y el cuadro de Zayn arriba, siempre en el mismo lugar. Zayn ya no vivía con él, con las visitas constantes de Harry y Gigi, llegaron a la conclusión de que querían vivir solos. Antes solo lo hacían porque se querían demasiado; y, aunque les llevó algunas lágrimas, estaban muy felices también. Además, Zayn consiguió un departamento a solo nueve calles del suyo, así que, si, aún estaban muy cerca y podían verse si querían a altas horas de la noche o cuando lo necesitaran. Ahora, también, el gran corcho en la pared arriba de la guitarra y a un lado del espejo, ya no tenía miles de notas adhesivas y un calendario llenísimo. Lo había sustituido por muchas fotos de Harry y él, y algunas cartas que le escribió Harry. Ahora todas las tareas estaban arriba del escritorio, donde, resaltando y calmando todo el embrollo, se hallaba una nota de Harry, con lo siguiente; "¡Recuerda, puedes hacer dos cosas! ¡Puedes en realidad hacer muchas cosas! Si todo gira muy rapido, respira, o llora, o llamame (si estoy al lado, solo ven y abrazame, tonto). Pd: nota muy larga, ¡ups!". Lo último ya estaba escrito con una letra más pequeña.