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El morenito casi no había pegado un ojo en toda la noche. ¿Cómo se dormía sin Jaemin?, O... ¿Cómo se dormía si hoy te casas con Jaemin?. Rodó durante toda la maldita noche, terminando como un rollo de sushi, entre las sábanas de la cama de huéspedes, del departamento de RenJun.

El mayor se levantó temprano, preparó café, y lucía perfecto. Es más... Parecía que él era el que se casaría ese día. Sin duda. Brillaba, como una flor fresca.

Hyuck salió de la cama, frotando sus ojos, mientras atravesaba el pasillo iluminado por la ventana de la sala, que mostraba el espectacular clima, y cielo despejado. No hacía calor, había brisa fresca, incluso habían mariposas. Era como una fantasía de día, cuando el chico solo iba maldiciendo su falta de tranquilidad.

Sus nervios o su emoción, no lo dejaban en paz. Pasó toda la noche pensando en.... Nada, en absolutamente nada. Estaba más blanco que un papel, y sentía que estaba hecho un desastre, por nada.

—¿Y tú cara a qué se debe?—Preguntó RenJun, con una sonrisa burlona, bebiendo de su taza de café. Se hallaba sentado en la mesa de comedor, cruzado de piernas, y con un semblante de felicidad.

—Se llama "No he dormido una mierda, y estas ojeras no son parte de mi boda"—Ok. Decirlo era extraño, hasta que sintió su cara arder, y juntó sus labios en una fina línea, observando como el contrario le sonreía juguetón.— Oh, carajo. Estoy excesivamente nervioso. ¡Maldición!—Masculló, cambiando de dirección, de la cocina al baño.

—El novio está nervioso~—Canturreó su mejor amigo, acabando su taza.—Dios, como amo estas cosas.

RenJun estaba feliz. Realmente feliz. El tiempo que pasó luego de su ruptura con Jeno, fue sanador... Y después de meses de no verlo, estaba sereno y calmado. Preparado para la fiesta y gritar cuando viera a sus dos queridos amigos, caminar por ese altar... Pero en realidad, en lo más profundo de su corazón, estaba sembrando la incertidumbre, si tan solo volvería a ver al chico de ojos sonrientes.

Jeno soltó una risita cuando vió a Jaemin cantar a los cuatro vientos, mientras tendía su cama.

No podía evitar reírse de lo gracioso y contagioso que era su ánimo.

Cuando salió de la habitación ya arreglada, se percató de la mirada de su amigo.— ¿Qué?—Preguntó el ahora pelinegro, soltando una risita nerviosa.

—Jaemin, te ves.... Realmente pendejo.—Se burló Jeno, achinando aún más sus ojos al reír.— ¿Te has visto la cara?

Jaemin bajó la mirada, tratando de contener su sonrisa. Era imposible ocultarla, concluyó.— Cállate...—Murmuró, volviendo a verlo.— ¿Tienes idea de cuánto esperé este día? Me siento tan estúpido.... Tan estúpidamente feliz.—Dijo, con su mirada divagando por su apartamento compartido con Donghyuck. Los detalles, las decoraciones que juntos escogieron... Aunque la mayor parte se la dejó a su novio, pues quería que se sintiera cómodo, y de alguna forma, sentía que el opuesto tenía mejor gusto para la decoración.— Estoy siendo tan cursi. Si esto es un sueño, nadie debe despertarme.

—No es un sueño, Jaem.... Se gustan. Se aman.... Y se van a casar.—Le sonrió el peliazul, satisfecho de ver la sonrisa de su mejor amigo, de vuelta.

Fue como haberse transportado a su adolescencia. Cómo la primera vez que Jaemin llegó, contándole sobre su nuevo amigo.

Que ahora sería su esposo.

Quizás era sentimentalismo, pero Jeno y RenJun, se sentían viejos. El tiempo pasaba muy rápido.

—¡Esas flores están mal puestas!—Reclamó Chenle, frustrado. Corría por toda la iglesia, ordenando con detalle y pasión, cada arreglo y tela o cinta fuera de su lugar.

"Ensueño"/NaHyuck. OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora