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❝ WANDS ❞

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WANDS

La carta de los mellizos Black había sido recibida el día anterior, por lo que ahora mismo estaban junto a Remus en Gringotts, pues se necesitaría más dinero del usual para comprar todo aquello

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La carta de los mellizos Black había sido recibida el día anterior, por lo que ahora mismo estaban junto a Remus en Gringotts, pues se necesitaría más dinero del usual para comprar todo aquello.

Polaris y Solaris mentirían si dijeran que no se habían impresionado por todo el montón de oro y joyas que había, así como otros objetos que parecían de sumo valor, lo cual les hizo saber que la abuela Walburga no mentía cuando decía que eran personas muy importantes.

Después de sacar más oro del necesario (por insistencia y paranoia de la menor) fueron a comprar sus útiles escolares con ayuda de Lupin, quien aún recordaba cuando él también fue a comprarlos, por lo que estaba feliz, pero nervioso por sus sobrinos, quienes parecían muy entusiasmados con la idea de asistir al Colegio de Magia y Hechicería.

—Polaris, quédate quieto—. Le pidió el hombre al chico, quien no podía dejar de dar brinquitos o vueltas

—Sí, perdón, lo siento, es que estoy muy contento—. Dijo antes de ponerse a la par de su hermana, quien a pesar de también estar feliz, ella era más calmada, pues lo sabía disimular y posiblemente se guardaría su emoción para cuando solo sean su hermano y ella

—Bien, solo falta su varita y su túnica, no les recomiendo tener una mascota ya que es una responsabilidad más, y tampoco pueden tener su propia escoba en primer año, así que solo serán esas dos cosas y luego iremos a comprar dulces, ¿Qué les parece?—. Ambos castaños asintieron con entusiasmo —Bien, vayamos primero por sus varitas.

Estos siguieron a su tío (padrino en caso de Sol) hasta la tienda de varitas de Ollivander, quien al escuchar la puerta abrirse volteó a verlos rápidamente.

—¡Polaris y Solaris Black!, temía que realmente fueran un mito, estaba ansioso por verlos aquí—. Dijo mirando feliz a ambos menores, quienes le sonrieron, Pol más efusivamente que Sol —Y Remus Lupin, aún recuerdo cuando viniste aquí a comprar tu varita en el setenta y uno—. Este sonrió levemente, asintiendo

—¿Y como elegimos a nuestra varita?, ¿Es por la que nos parezca más linda?, ¿O tenemos que tener ciertas características?—. Preguntó con curiosidad Polaris

—La varita te elige a tí, Joven Black—. Le dijo Ollivander —Ella es quien decide si quedarse contigo o no—. Le guiñó un ojo

Este fue a buscar algo, volviendo después con dos cajas, las cuales dejó frente a los mellizos y las abrió.

—Cornejo, 28cm, coral—. Dijo pasandosela a Pol —Alamo, 25cm, pelo de cola de unicornio—. Se la pasó a Sol

Ambos hicieron unos cuantos movimientos, pero no funcionaron, ya que la de el chico lanzó chispas con un poco de humo y la de la chica desorganizó algunas cajas, por lo que Garrick les quitó las varitas rápidamente, volviendo a buscar otras varitas para ellos, probando con unas cuantas más, pero ninguna los escogía, así que, después de un tiempo, llegó a una conclusión la cual le hizo dejar las dos varitas que les llevaba y mejor buscar dos con materiales muy específicos.

—Madera de Caoba, 29.6 cm, pelo de cola de unicornio—. Le pasó la primera a Pol —Madera de Espino, 28 cm, cuerno de serpiente cornuda—. La segunda fue para Sol

Ambos sintieron un leve calor en sus manos, así como una onda de electricidad, ahí supieron que esas eran sus varitas.

Y ni Garrick ni Remus pudieron olvidar las varitas de Regulus y Elizabeth Black, ya que mientras que la de Reg era de Espino de 28 cm y con núcleo de pelo de unicornio, la de Effy era de Caoba, de 29.6 cm y con núcleo de cuerno de serpiente cornuda, estos bromeando de vez en cuando que sus varitas estaban invertidas, pues sus varitas encajaban mejor con la personalidad del otro.

—Creo que ya encontraron sus varitas, niños—. Les dijo Ollivander con una leve sonrisa

—Genial...—. Murmuró el de ojos avellana mirando su varita, la cual era de un tono café algo claro, la parte inferior era más grande que la superior, pues esta terminaba en punta, la parte inferior tenía una parte roja trasparente la cual le daba un lindo toque, y esta parte era unida a la de la madera con un anillo de oro, el cual estaba perfectamente formado de la parte de arriba pero de el resto parecía estar derretido

—Me gusta mucho—. Aseguró la ojiverde, mirando su varita la cual tenía un degradado de colores, pues al principio era de un café claro, pero se iba haciendo de un café oscuro hasta llegar casi a negro, la de ella era delgada y también terminaba en punta, teniendo dos pequeños anillos plateados en la parte de el mango, además de igual una parte cristalina, la cual se perdía un poco entre el café y negro, pero eso le daba una apariencia mágica, pues además tenía algunos brillitos plateados

—Entonces serán esas—. Dijo Remus entregándole catorce galeones a Ollivander, quien sonrió levemente

—¡Gracias, Señor!—. Dijeron al unísono los mellizos antes de despedirse de el hombre y salir de ahí con Lupin, quien después de eso los guió a la tienda de túnicas de Madame Malkin, quien tampoco pudo evitar pasar por alto el parecido de estos con sus padres

Después de terminar las compras, Remus les dió el gusto de gastarse el dinero restante en lo que quisieran, por lo que estos decidieron comprarse un helado y guardar lo que quedara para cuando estuvieran en el tren, a el mayor pareciéndole bien.

—Regulus, guarda tu varita—. Regañó Solaris a su hermano, pues desde que habían salido de la tienda de Ollivander este no había hecho nada más que observarla

—Es que es muy linda—. Dijo haciendo un puchero, pero obedeciendole, guardando su varita en su bolsillo

—Sí, sé que es linda, la mía también lo es, pero si sigues viéndola y no prestandole atención a lo demás te vas a caer, y luego se te va a romper, y vas a llorar—. Le advirtió, pues lo conocía perfectamente

El licántropo sonrió mirando a su sobrino y ahijada, pues recordaba los regaños que James solía darle a Effy debido a lo descuidada, distraída y patosa que era, sobretodo la vez que perdió a su conejo en cuarto año y esta se puso a llorar porque extrañaba a el Señor Bigotes y pensaba que los de Slytherin se lo habían robado como venganza por haberles hecho una broma la semana pasada.

Al final resultó que estaba debajo de su cama.

—Ya deberíamos irnos—. Les dijo Remus mirando su reloj

Ambos menores asintieron mientras terminaban sus helados, tirando las servilletas a el bote de basura antes de dirigirse a la salida del Callejón Diagon.

Ambos menores asintieron mientras terminaban sus helados, tirando las servilletas a el bote de basura antes de dirigirse a la salida del Callejón Diagon

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━━ 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐓𝐄𝐑 🍂 ❜,, h.p. saga ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora