Capítulo dos: Hola, otra vez.

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( chapter two: hello, again. )

Victoria se encontraba trabajando en la cafetería, sirviendo mesas y tomando pedidos. No era un día distinto a los demás, sólo ella, sus clientes y los pedidos. No era alguien que hablara tanto con sus compañeros de trabajo, y a ellos no les molestaba en lo absoluto. Ese sábado en la mañana, atendía clientes como siempre. Fue tranquilo y nada fuera de lo común, hasta que le tocó a atender a una rubia y a su amiga. Ambas se veían eufóricas, en especial la rubia. Victoria ya había tomado su órden y en ese momento, estaba dejando el pedido en la pequeña mesa donde las dos chicas se encontraban. Miró a ambas e hizo una pequeña sonrisa.

- Que lo disfruten. - habló algo desganada, iba a voltear para continuar su trabajo, pero una mano tomó su antebrazo.

- Alto, espera. - Victoria volteó confundida, la rubia le sonrió. - Eres bastante linda, adoro tu cabello.

Victoria tocó su cabello con suavidad, la joven rubia se veía amable. No había necesidad de ser grosera. - Uh, gracias. Eso creo...

- ¿Te gustaría venir a una fiesta? Son mis diecisiete años y he querido invitar a la mayor cantidad de gente posible. - Victoria frunció el ceño, rió confundida.

- Bueno, las fiestas no son lo mío.

- ¡Por favor! Es sólo para traer muchísima gente, quiero que todos hablen de esta fiesta. Podríamos hasta conseguirte un chico, si es que no tienes uno. Habrá bastante gente, sólo ven. - suplicó, Vic desvió su vista a la morena, quién sólo se encogió de hombros.

- Bien, supongo que podría pasar un rato. No hay nada mejor que hacer.

La rubia sonrió y asintió eufórica. - Bien, sólo dame tu número de teléfono y te enviaré la dirección y la hora.

Luego de darle lo pedido, y lo demás, Victoria salió de trabajar. La castaña se dirigió a su remolque rápidamente y buscó entre su ropa lo que podía usar. Era la primera vez que iba a una fiesta y no sabía en lo absoluto cómo actuar ni mucho mens cómo vestirse. Tomó algo que probablemente habría usado para la escuela y al hacerse la hora, salió de su lugar a la fiesta. Al llegar al lugar, muchos adolescentes, algunos ebrios, llenaban la enorme casa de la rubia, Heather. Sólo deambulaba por la casa, había saludado a Heather y a su amiga, pero ellas sólo rondaban de aquí a allá, tampoco eran amigas, por lo que no sentía correcto estar cerca de ellas todo el tiempo. Habían pasado varios minutos, y Victoria sintió que realmente no debía estar ahí. Bajó las escaleras y se dirigió a la entrada, con la intención de buscar a Heather. La vió besar al chico que anteriormente se había presentado como Stiles, para luego tomarle de la mano y salir de ahí. Suspiró frustrada. Vió al moreno que se sentaba detrás de ella en la escuela sonreírle a su amiga, quién lo miró de arriba a abajo y lo ignoró. Él hizo una mueca de ofensa y Victoria soltó una risa, el joven la miró.

Él sonrió sorprendido al verla. - ¿Tú otra vez? - Victoria ladeó la cabeza, frunciendo el ceño en una expresión interrogante. - Es decir... Hola, otra vez. Ya es la tercera vez que nos encontramos, y ni siquiera sé tu nombre.

- ¿Por qué habría de decirte mi nombre? - cuestionó, manteniendo su postura seria pero algo burlona.

- No lo sé. - Ella hizo una mueca. - Sólo siento curiosidad, no te había visto antes por aquí. ¿Recién llegada? - Vic asintió apretando los labios.

- Bingo. - el joven sonrió aún más.

Quiso decirle su nombre, fue un impulso. Se veía buen chico, pero sabía que no debía confiar en los demás. Ella bajó la mirada, y él miró hacia otro lado. Victoria lo miró una vez más, suspiró rendida.

- Victoria.

- ¿Disculpa?

- Ese es mi nombre. Victoria O'Connor. - el moreno la miró directamente a los ojos, asintió y le dió una sonrisa.

- Lindo nombre.

Él sólo se quedó en silencio, sonriéndole. Victoria lo miró extrañada. - ¿Y tú eres...?

- Oh, Scott McCall. Un gusto conocerte, Victoria.

Su celular sonó y él lo miró de reojo, sin embargo quedó embobado mirando el celular y su expresión cambió drásticamente. Victoria sólo carraspeó.

- Bien, será mejor que me vaya. - él la miró y ella le sonrió sin mostrar los dientes. - Adiós, Scott. Te veré en clase.

Ella volteó y caminó hacia la puerta, sin embargo, Scott la detuvo tomándola de la mano. - Vic, pensé en que, cómo eres nueva aquí no debes tener muchos amigos... Tal vez, tú... Yo... Es decir...

Ella lo interrumpió. - Tal vez si haces algo para ganarte mi confianza, seamos amigos.

Volteó y salió de ahí. Vió a dos chicas que también estaban en su clase llegar, una castaña y una pelirroja. No les prestó atención y sólo siguió caminando, su vida en Beacon Hills era bastante aburrida, tal y como ella lo esperaba, todo iba de a acuerdo a su plan. Mañana de lunes, Victoria despertó completamente sudada y exaltada. Una horrible pesadilla con una joven rubia siendo asesinada se repitió durante toda la noche, y una voz susurraba su nombre. Erica. Claramente, Victoria jamás conoció a una Erica en toda su vida, las personas que había logrado conocer eran muy pocas. Creyó que era una pesadilla sin sentido, por lo que no le prestó atención, lo que Vic no sabía era que todo en Beacon Hills siempre tenía un oscuro sentido. De camino a la escuela, descubrió carteles de "se busca" por gran parte de la ciudad. Había visto varios de ellos, hasta que finalmente se acercó con curiosidad a uno de éstos.

Se sorprendió al ver el rostro de Heather, la chica que la invitó a su cumpleaños durante el fin de semana, tomó el cartel y lo guardó en su bolso. Rápidamente llamó a la mejor amiga de Heather, y la única respuesta que tuvo de su parte fue que Heather simplemente desapareció, y Victoria prometió llamar ante cualquier dato sobre ella. Entró a la escuela y el día transcurrió aburrido. Clase, clase, receso, clase, a casa nuevamente y los días eran monótonos. Sentía que cada día era más aburrido que el anterior, pero algo en ella sabía que era mejor así. Tal vez si se alejaba de los conflictos y la "emoción" de la vida normal, la bestia no se liberaría.

( © stellargardeen )

𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐒 ⸻ scott mccall Donde viven las historias. Descúbrelo ahora