O. D. A

CAPITULO 10

JongIn no pudo evitar una sonrisa al ver a Kyungsoo vestirse. El hombre era guapísimo, y no tenía ni idea. El asesino estaba aturdido aún por todo lo que había aprendido en la última hora. Su compañero había sido una enorme sorpresa. Curiosamente, también una muy grata.

Mientras más tiempo pasaba con Kyungsoo, más le gustaba el hombre. La particularidad que lo envolvía cada vez era menos extraña, con cada minuto que pasaba. Sobre todo, porque el sentimiento de probidad que JongIn sentía cuando estaba con él era cada vez más fuerte.

—Estás muy callado, gatito.

Kyungsoo se dio la vuelta para mirarlo, apuntándolo con su dedo. —Realmente tienes que dejar de llamarme así.

—¿Qué? ¿Gatito? —JongIn se rio entre dientes mientras se levantaba y se acercaba para estar delante de él, el hombre se apoyó en su pecho—. Pero si eres un gatito.

—No es digno —insistió Kyungsoo cuando pisoteó su pie.

—Tal vez, pero es más lindo que el infierno y así eres tú.

—¿En serio?

A JongIn le encantó el pequeño color que llenó la cara de Kyungsoo y la forma en la que el hombre lo miró. Sabía que no tenía ni idea de su atractivo, pero por suerte, él sí. Añadiendo el hecho de que el cuerpo del pequeño joven, básicamente, solo podía ser marcado por él, y JongIn era un tipo feliz con eso.

Ahora únicamente tenía que encontrar la manera de mantenerlo con vida, porque no iba a permitir que el hombre muriera. Por lo que a JongIn se refería, Kyungsoo ahora le pertenecía, punto, y pelearía con quien tratara de alejar al magnífico pequeño de él.

—Oye, bebé —dijo JongIn dando un paso atrás y comenzó a recoger su ropa— esta decisión de gobernar tu manada, ¿es algo que quieres?

—No lo sé. —Kyungsoo se encogió de hombros—. Nunca he pensado en ello.

—Bueno, tal vez deberías hacerlo.

—¿Por qué?

—¿Por qué? —JongIn frunció el ceño mientras trataba de cerrar el botón de sus vaqueros y se dio cuenta que no podía—. Maldita sea, Siento que he ganado veinte kilos.

—Probablemente lo has hecho. —Kyungsoo se echó a reír y señaló hacia sus pies—. Obviamente has crecido, estás más alto.

JongIn miró hacia abajo a sus pies, el shock se descargó a través de él, cuando vio las perneras del pantalón por encima de los tobillos. Miró a Kyungsoo sorprendido. —¿Cuánto más voy a crecer?

—No tengo ni idea. Vas a crecer hasta que tu cuerpo llegue a donde sea necesario para que puedas protegerme.

—Puedo ver un nuevo vestuario en mi futuro —JongIn murmuró mientras se ponía la camisa sobre su cabeza—. Me veo ridículo.

—Te ves caliente.

JongIn puso los ojos en blanco. No podía evitarlo. Su camiseta apenas cubría su ombligo, y las costuras de las mangas amenazaban con desgarrarse. Sus pantalones eran demasiado cortos llegando justo por encima de los tobillos y no podía abrocharse el botón en absoluto. A pesar de la afirmación de Kyungsoo, sabía que se veía ridículo.

—Tan pronto como hayamos terminado aquí, vamos a ir a comprar algo de ropa nueva.

—Es posible que desees comprar diversas tallas. No sabemos lo grande que serás hasta que termines de crecer.

JongIn arqueó una ceja. —¿No lo he hecho ya?

—No lo creo. —Los ojos de Kyungsoo estaban llenos de diversión.